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martes, 22 de junio de 2021

Alejandro Matiz opina sobre la "cuenta pendiente" de Tadej Pogacar


El pedalista esloveno ha sido una de las más recientes revelaciones del ciclismo mundial.


Por Alejandro Matiz.-

Ciclismo Internacional.-


Nadie puede poner en duda el potencial de Tadej Pogacar y su nutrida lista de virtudes que lo han establecido como uno de los mejores corredores de la actualidad. Su fuerte se halla en las grandes vueltas, donde hasta el momento, no ha desentonado. Sin embargo, su corta trayectoria y reciente eclosión lo sitúan en una posición en la que no había estado antes en la élite y que, por ende, permitirá conocer más a fondo sus aptitudes en certámenes de tres semanas.

En poco tiempo de profesionalismo, se ha ganado un espacio especial dentro del pelotón, producto de su incontestable palmarés y capacidad física, instalándose como un deportista sólido. Pero tanto talento y lucidez tampoco ciega una realidad clara: Hasta el momento, al impetuoso Tadeo no le ha tocado lidiar con factores estratégicos y de otra índole diferente a la deportiva como sí les ha correspondido a sus adversarios.

Pogacar nunca ha pugnado contra una cosa elemental como ser el corredor que centrará todas las miradas de sus rivales. Es un agente que todavía no lo ha puesto a prueba, hecho el cual produce que se desconozca su reacción y comportamiento ante esa exigente situación, que rompe el celofán cuando no existe una vía física eficaz para derrotar a un ciclista como Tadej.

Ese es el punto que atacarán los Jumbo e INEOS, sabiendo de antemano que retar mano a mano al polivalente rutero de Klanec es acomodarlo en un terreno en el que nada como pez en el agua, al tener la sobradez para resistir y batir a los otros galácticos basado en su inagotable combustible. Además de que partirán con la ventaja de confrontar a un bloque débil -comparado a ellos- el cual hará más vulnerable a la nueva estrella.

Porque ese es otro aspecto, ahora sí, la inferioridad del Emirates será influyente en el planteamiento de todos. En la edición pasada, cuando los dirigentes de las ‘abejas’ sólo tenían en la cabeza la táctica de trenes y prácticas controladoras, no era tan difícil para Pogacar quien empleaba a los escuderos de Roglic como si fueran suyos para complementar su espectacular estado, tapando así el menester de poseer compañeros de exponencial nivel.

No obstante, con el mazazo de la crono de La Planche, la historia cambió, pues tan devastadora experiencia le enseñó a los neerlandeses la importancia de incorporar tácticas más agresivas y cómo el libreto autoritario conllevó a llevar en coche al gran acechante. Seguro que van a aplicar tal lección y el lujo del que gozaba el esloveno de ir a rueda de los amarillos hasta donde le apeteciera, ya es parte del pasado. Y peor aún con los Grenadiers que al disponer en sus filas de más de una baza, inquietarán con frecuencia al vigente campeón.

Visualice, apreciado lector, una posible situación de carrera. Se ejerce una selección del pelotón en un ascenso importante, sobreviven los esperados, Roglic, Pogacar y los INEOS. Los británicos envían al ataque a una de sus fichas, Richie Porte, por dar un ejemplo. ‘Pogi’ se ve obligado a cerrar el movimiento, lo logra. Pero empiezan a salir más, Carapaz, Thomas o hasta el propio Primoz. Siendo el máximo favorito, la responsabilidad de responder en primera persona a esas ofensivas corre a cargo del pedalista de 22 años.

Si la obligación concerniera a otro candidato que no sea él, habría una diferencia notable y es que, hasta cierto punto, seguramente tenga un coequipero que reduzca sus gastos, asumiendo el control. Sepp Kuss y Steven Kruijswijk para Roglic; Tao o Porte para Carapaz y Thomas. Seamos honestos, sería iluso creer que Majka, McNulty o De la Cruz tengan la capacidad para resistir y trabajar cuando ya queda un grupo de 10 o menos. La brecha de rendimiento entre gregarios de INEOS y Jumbo con UAE es notoria, abismal. Son gente que hasta serían claros líderes en otras escuadras de menor renombre.

Llevar a Tadej a ese decorado de apropiarse de la tarea de sus lugartenientes y la propia a la vez, parece ser la maniobra más apropiada para arribar a su punto de quiebre. Requerirá de un poderoso motor para contestar a diestra y siniestra a las diversas propuestas que le ofrezcan sus mayores oponentes.

Eso es lo que tendrá que encarar en la gran vuelta francesa, ya que volvemos a lo mismo, él mano a mano con Roglic y compañía no tendrá problema, pero como lo que se va a buscar es vencerlo en otro marco, en uno donde combata ante más invitados, es ahí donde más propenso estará a fallar. Incluso, con el antecedente en el País Vasco hace unos meses, donde la contienda se decantó a favor del ex saltador de esquí gracias a una superioridad táctica y colectiva de su conjunto, más convencimiento poseerán de esa senda.

Suena algo complicado, al alcance de pocos, pese a ello, es el desafío que necesita Pogacar. Es el test más idóneo para comprender qué tal administra a un enemigo más mordaz, a uno que sólo los grandes referentes del ciclismo son capaces de domar. Con un toque mayor de escollo, hay que reconocerlo, puesto que sus similares han superado el reto con mejores bloques a su servicio, aunque siempre al final se resalta su frialdad, suficiencia e inteligencia para superar los contratiempos que ello supone.

Afirmar que lo vaya o no a lograr, es inoportuno, irrelevante. El simple hecho de no conocer sus resultados sujeto a esa travesía oscurece el panorama y lo único que se podrá ver es un signo de interrogación, que se despejará en carreteras galas.

Su currículum fondista (3º en La Vuelta 2019 y 1º en el Tour 2020) avala sus bondades físicas completamente, las mentales, no del todo. Es muy diferente hacer podios sin estar rodeado de la presión y sin ser aquel en el que todos piensan, el eje del diseño táctico de los otros -sin decir que lo que ha realizado hasta ahora sea insignificante, valga la redundancia-.

Lo anterior añadiendo que ambas citas las afrontó sin cargos de presión, otro componente de influjo dependiendo la fortaleza mental del corredor. Aparenta el esloveno maniobrar correctamente ante ello, pero habrá que ver su desenvolvimiento en la prueba reina, ya con un suelo astronómico que lo obliga a estar en la parte alta de la clasificación, un prestigio adquirido por su holgado palmarés y siendo la única fuente de esperanza de corona para su combinado. Todo sin la excusa de su juventud, cosas del nuevo ciclismo. Otra asignatura pendiente que en las próximas semanas se sabrá si fue aprobada o no.

Es un chico muy capaz. Las cualidades físicas ya las ha demostrado, poco hay por añadir a su versatilidad, fondo y agresividad en estas competencias. Ahora, es momento de descubrir cómo se desenvuelve en otros aspectos, cómo navega entre ellos, si tiene o no la fortaleza mental para sobreponerse ante eso. Es la hora de que exhiba otras virtudes indispensables en un vueltómano de primer nivel, que varios de sus adversarios ya han certificado amaestrar con criterio.   

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