Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Ganar por primera vez una etapa en el Tour de Francia es memorable. Cuando ello involucra profundas emociones por lazos familiares, queda tatuada en el recuerdo de quien la obtiene y de la fanaticada. En una breve, pero emotiva entrevista en la zona mixta, Mathieu van der Poel descargó su llanto y nostalgia en memoria de su abuelo fallecido, Raymond Poulidor, a quien le cumplió la promesa de vestir el Maillot Jaune.
“No tengo palabras”, abrió evidentemente conmovido Mathieu, tras llevarse un premio gordo con victoria parcial y liderato de la competencia ciclística más prestigiosa. Tuvo un pequeño lapso de tranquilidad para explicar sus acciones en carrera y el método para asaltar esos dos botines. “Di todo lo que tenía en el primer paso por meta porque sabía que necesitaba la bonificación si quería el liderato”, argumentó, pues en ese instante de la primera aceleración hizo pensar a muchos que no iba del todo bien tras ser cazado en la cima.
Asimismo, era consciente de que los sacrificios debían maximizarse. “Era mi última oportunidad para conseguir el amarillo. Es increíble que lo haya logrado”, añadió tras imponerse con un categórico cambio de ritmo a 700 metros sin respuesta alguna de interesados en la conquista como Sonny Colbrelli, Primoz Roglic o Tadej Pogacar.
¿En quién piensas en este momento? “En mi abuelo, porsupuesto”, cerró en medio de lágrimas que expresaron la nostalgia de no poder tener a Raymond con él, celebrando esta histórica consigna, pero a la vez con la alegría de haber saldado la deuda familiar de portar esa cotizada prenda amarilla, como recompensa a la combatividad de Poulidor que nunca tuvo premio en la gran vuelta francesa.
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