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sábado, 4 de julio de 2015

El repuntar del ciclismo colombiano a nivel internacional


En la pasada edición  de la Tirreno-Adriático 2015 vimos como el colombiano Nairo Quintana nos deleitaba con una gran victoria en la cima del Terminillo, sucediendo al gran Lucho Herrera, quien hiciera lo propio en aquel Giro de Italia de 1992, en el que nuestro Miguel Induráin Larraya conquistó su primera “maglia rosa”.

Casi 23 años después y el nombre propio del ciclismo vuelve a venir desde Sudamérica. Dos décadas después y quien mueve buena parte de los hilos del ciclismo y quienes más hacen vibrar a los aficionados son los ciclistas colombianos. La moda de la bici vuelve a caer en las espaldas del país cafetero.

Y es que las modas son cíclicas y lo que hoy está en auge, volverá a estarlo de nuevo dentro de unos años. Algo así ha pasado con Colombia dentro del ciclismo, que vieron como durante una década entera, entre los ‘80s y primeros años de los ‘90s, fueron animadores absolutos de las carreras europeas, especialmente cuando llegaba la alta montaña de las grandes vueltas, y que de nuevo están siendo parte muy importante del pastel que es el ciclismo actual, con grandes representantes que están obteniendo grandes victorias en las mejores carreras del mundo, haciendo que en su país el ciclismo vuelva a vivirse con una expectación que nada tiene que envidiar al fútbol.

Lucho Herrera encabezó una generación que consiguió grandes metas acompañado por Fabio Parra, principalmente, pero con escuderos que consiguieron también victorias para un ciclismo emergente como Antonio Agudelo, Pacho Rodríguez, Martín Farfán o Alberto Camargo, siendo los pioneros y los que quizás cultivaron la simiente de una generación que sin dudas a nivel de registros les superará, pero que sin ellos no se podría concebir, como es la actual, con Nairo Quintana a la cabeza, pero con corredores de unas dimensiones estratosféricas (en algún caso hasta literal) como Carlos Betancur, Rigoberto Urán, Julián Arredondo, Sergio Henao, Esteban Chaves, Fabio Duarte o Winner Anacona, y con un plantel en el campo amateur que no hace más que refrendar que esta generación tiene para largo, ya que cuentan con corredores con gran futuro como Miguel Ángel López, vencedor en el Tour del Porvenir del año pasado, Diego Ochoa, Fernando Gaviria o Juan Ernesto Chamorro basados en una estructura como 4-72 Colombia y Colombia Tema que son sucesores de aquellos Freskola y Café de Colombia que ocuparon tantas portadas a nivel mundial durante los años 80.

Los “Escarabajos”. Así se les conoció a ese nuevo ciclista que volaba en la montaña venidos desde Colombia y que por lo general tenían escaso futuro en deportes como el baloncesto. Vamos, que eran más bien pequeñitos, lo que no impidió que cosecharan gestas enormes.

Sin duda, como ya he comentado su mayor representante fue Luis Alberto Herrera Herrera, “Lucho” Herrera para los amantes de este deporte. Nacido en una zona totalmente rural llamada Fusagasugá Cundinamarca el 4 de mayo de 1961. Sus inicios, como los de muchos, en la bicicleta fue puramente por necesidad, ya que para ayudar económicamente en casa se vio obligado a compaginar estudios con el trabajo de jardinería, un oficio que le hacía moverse por distancias muy grandes por lo que no le quedó más remedio que hacerse con una bici para poder desplazarse. Poco a poco fue viendo que lo que había comenzado como una necesidad pasaba a ser más un hobby y decidió probar suerte en diferentes pruebas de la zona, hasta que sus registros llamaron la atención. A principios de los 80 fue cuando ya empezó a destaparse como el corredor que iba a ser, con grandes puestos en carreras de suma importancia en Colombia como un quinto en la Vuelta de la Juventud Colombiana en 1980 o la ya segunda posición obtenida tras Parra en la Vuelta a Colombia de 1981, posiciones que se cambiaron al año siguiente en el Clásico RCN, consiguiendo de esta manera la primera gran victoria de su carrera deportiva, ante corredores de cierto nivel ya en Europa como Pascal Simon o Robert Millar. Estos hechos se vieron contrastados durante el Tour del Porvenir de ese año donde Lucho se llevaría la décima etapa en Morzine dando un estacazo importantísimo a un americano llamado Greg LeMond, que posteriormente se haría con tres Tour de Francia. Todo esto hizo que ya en Europa empezara a sonar el ciclismo colombiano y especialmente el nombre de un tal Luis Herrera.

1984 fue su año de confirmación con la primera general de la Vuelta a Colombia que tanto se le había resistido y con una gran carta de presentación en el Tour de ese año donde alcanzaría la gloria en todo un altar del ciclismo como Alpe d´Huez. Ese 16 de julio, Lucho dejaba con un palmo de narices a dos figurones como Fignon e Hinault, y se convertiría en el primer ciclista que sin ser profesional se alzaba con un triunfo en la Grande de las Grandes. Colombia entera lo festejaba y empezaba a idolatrar a un pequeño corredor de 167 centímetros pero que todo hacía pensar que podría alcanzar cosas muy grandes.

¡Y vaya si las alcanzó! Pues con nuestro gran Bahamontes, es el único corredor que puede presumir de tener en su casa el maillot de la montaña de Giro, Tour y Vuelta, haciéndose lucho con el maillot blanco con topos rojos francés en 1985 y 1987. En esa primera conquista protagonizó uno de los momentos más recordados del deporte colombiano, consiguiendo tras vencer a Hinault en solitario en la meta de Morzine, al día siguiente llegar de la mano junto con Fabio Parra a la meta de Lans-en-Vencors, dejando patente que en la montaña no había en ese momento ciclistas mejores que ellos.

Pero si hubo un año en la carrera de Lucho, ese fue el de 1987. El colombiano haría las delicias de todos sus paisanos consiguiendo un 15 de mayo entrar en la Castellana de Madrid como vencedor de la Vuelta a España. La primera gran conquista de un colombiano en el mundo del ciclismo. Una Vuelta que además tuvo mucho juego, donde se pudo ver una lucha encarnizada entre Sean Kelly y el propio Lucho, que duró lo que le aguantó el culo al irlandés, ya que Kelly tuvo que abandonar la ronda española en la 19ª etapa por problemas de hemorroides tras colocarse líder el día anterior en la crono de Valladolid arrebatándoselo al propio Herrera que había llegado con esa condición de primero de la general tras su buen hacer en la montaña, culminada con la victoria en los Lagos de Covadonga que además le aupó a lo más alto de la clasificación. Tras el abandono de Sean Kelly se le puso todo de cara a Lucho que simplemente tuvo que aguantar la renta sobre Reimund Deitzen, Laurent Fignon y Pedro Delgado en las jornadas por la sierra madrileña. En el Tour se haría con su segundo entorchado de la montaña y además realizando la mejor general de su vida en la Grande Boucle, conseguida por Stephen Roche ante Pedro Delgado, con un extraordinario quinto puesto.

Poco a poco se llegó al ocaso de la carrera de Lucho, y parecía que Colombia no podría encontrar ningún digno sucesor de lo realizado por el genial escalador, aunque sí que hubo ciclistas que lograron grandes triunfos como Santiago Botero con etapas, grandes generales y hasta un maillot de la montaña en el Tour de Francia, más etapas en la Vuelta a España o todo un campeonato del Mundo en la modalidad de contrarreloj en 2004, aunque a pesar de sus grandes registros fuera un ciclista a la postre olvidado al verse involucrado, como otros muchos ciclistas de todo el mundo, en la Operación Puerto, o Félix Cárdenas con etapas en etapas de alta montaña tanto en Tour como en Vuelta.

Pero llegamos a la segunda década de los 2000, y aquí de nuevo el resurgir de sus cenizas como el Ave Fénix. Triunfos de etapa en todas las grandes vueltas, grandes clasificaciones generales y hasta una plata conseguida por Rigoberto Urán en los Juegos Olímpicos de Londres. Pero sin duda el idilio de estos ciclistas es para con el país en forma de bota, y donde Nairo dejó a todo el mundo sin palabras en la ascensión citada al Terminillo. En 2012, Rigoberto Urán y Sergio Henao entrarían en el Top10 del Giro de Italia, con el primero siendo el mejor joven. Al año siguiente, Urán tocaría la victoria total con la punta de los dedos quedando sólo por delante de él, un intratable Vincenzo Nibali, con además Carlos Betancur haciéndose por segundo año seguido para su país con el triunfo en la clasificación de los jóvenes.

Y “no hay dos sin tres” o “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”. Cualquiera de los dos nos valdría, porque por fin en el 2014, un colombiano se haría con el cetro de una gran Vuelta emulando al gran Lucho Herrera en su Vuelta a España de 1987. Nairo Quintana se adjudicaría 27 años después con la victoria de una Grande, en un Giro de ItaliaEta20.1 donde el festival del país Sudamericano fue mayúsculo, con Urán vistiéndose de líder durante cuatro días, haciéndose con una victoria parcial y finalizando segundo en la general, con Julián Arredondo haciendo lo propio en Panarotta, y con Quintana luciendo además del Rosa el último día en Trieste, vencedor de dos etapas, una de ellas en Val Martello, tras los pasos por Stelvio y Gavia, y siendo mejor joven, que por tercer año consecutivo sería cosa de un ciclista nacido en Colombia.

Y es que en Nairo están puestas todas las esperanzas de todo un pueblo de conseguir algo que no pudieron lograr hacer con un auténtico ídolo como Lucho, que es ver a un compatriota en lo más alto del pódium de la más prestigiosa carrera ciclista del mundo, el Tour de Francia. Cerca estuvo de conseguirlo en 2013, donde quedó segundo tras Chris Froome, y donde además fue el más fuerte el último día de montaña en Annecy consiguiendo su primera victoria de etapa en la Grande Boucle. Al día siguiente subiría por tres veces al pódium en París. Una como mejor joven, otra como mejor escalador y la definitiva para escoltar a Froome. Ahora ya sólo le queda subirse, pero vestido de Amarillo.

El año pasado no quisieron que se cebara con la prueba francesa y sus objetivos pasaron a ser Giro y Vuelta. En Italia ya quedó claro que cumplió con Matrícula de Honor, y en España, no le quedó más remedio que dejar una cuenta pendiente, ya que en la décima etapa, una crono con final en Borja, el de Movistar se dejó todas sus opciones en la carretera al irse al suelo cuando vestía La Roja del líder, justo un día después de hacerse con ella en Valdelinares, lugar donde además la victoria de etapa fue para otro compatriota suyo, Winner Anacona. En la decimoprimera etapa Nairo volvería a irse al suelo y esta vez para no levantarse más, teniendo que abandonar la Vuelta.

Por lo tanto, grandísimo pasado el de Colombia gracias a Lucho Herrera que con sus grandes gestas acercó a su país un deporte que hasta entonces no parecía ser nada importante, pero extraordinario presente e inmejorable futuro el que se presenta gracias a las piernas, principalmente de Nairo Quintana entre otros muchos, que ha quedado de manifiesto una vez más en esta Tirreno-Adriático y que verá en el mes de Julio, si por fin los colores amarillo, azul y rojo de la bandera colombiana hondean en lo más alto de los Campos Elíseos, gran objetivo de todo un país.

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