Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Dos meses atrás, a Gino Mader le correspondió vivir una situación dolorosa desde lo deportivo. Cuando estaba a escasos metros de obtener la victoria en la etapa más exigente de la París-Niza, un tal Primoz Roglic lo pasó de largo y le arrebató el sueño de conquista tras un esfuerzo considerable, que quedó sin premio.
No obstante, la justicia divina del ciclismo o como quieran llamarle, saldó su deuda generosamente con un triunfo en el Giro d’Italia. Eso sí, que tuvo pinta de ser la repetición de lo sucedido en suelo francés, cuando Primoz Roglic le arrebató la gloria en los últimos 50 metros.
“Sabíamos que teníamos más libertad tras la caída de Landa, así que esta mañana lo intentamos desde el principio”, expresó Mader cuyo rol dio un giro tras el retiro de Mikel en la jornada anterior, teniendo más libertad para aspirar a metas personales como el triunfo de etapa.
Un beneficio notorio para el suizo fue la presencia de su compañero Matej Mohoric, clave para seleccionar a la escapada en terrenos de transición y permitirle guardar fuerzas. “Tuve la suerte de tener a (Matej) Mohoric al frente. Trabajó duro y fue muy profesional”, manifestó el trepador de 24 años.
“Cuando éramos tres con Mollema y Cataldo, tuve la impresión de que Bauke estaba fuerte. No ataqué, pero en un momento me encontré en cabeza solo y decidí seguir de largo”, relató Gino acerca del momento en el que decidió partir y hacer el esfuerzo final para reinar en San Giacomo.
Sin embargo, en esa travesía el descuento de los perseguidores -que eran los favoritos a la general- fue sustancioso y dilucidaba seriamente el escenario en que se repitieran los hechos de la séptima etapa de la última París-Niza. El joven corredor temió a que eso aconteciera, pero sus fuerzas e ímpetu lo impulsaron cambiar el rumbo de la historia y darle un final feliz. “Confieso que al final tenía miedo de que pasara lo mismo que en París Niza. Pero lo importante es que lo logré y ahora quiero disfrutar de este momento”.
Su éxito significa un envión anímico para toda su escuadra, Bahrain-Victorious, tras el abandono de Mikel Landa. Es un paso fundamental para ir puliendo los nuevos retos y dignificar la imagen del elenco asiático mediante el fulgor en otras áreas. “Después de la decepción que sentimos ayer por el retiro de Landa, estoy encantado de haber ganado para el equipo”, cerró Mader quien también adquirió la Maglia Azzurra, de mejor escalador del certamen y que, por qué no, puede ser otro objetivo que se planteen tanto él, como el resto del combinado.
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