Por Oscar Trujillo Marín.-
Analisis para Ciclismo Internacional.-
Que muchos periodistas y aficionados alrededor del mundo del pedal quieran que Remco Evenepoel con 21 años ya sea Merckx, no es argumento suficiente para que eso ocurra.
El joven belga arribó al Giro de Italia tras 9 meses sin competir y una larga recuperación después de su accidente, terrible, traumático, en Lombardía el verano pasado. Desgracia que, de hecho, se sigue notando a la hora de afrontar los descensos y con un gesto de sufrimiento y sangría en tiempo cuando han apretado el ritmo los favoritos. Es apenas natural en una trayectoria naciente y después de salvar su vida de milagro.
Es su primera gran vuelta de tres semanas, no hay que olvidarlo. El líder del Deceuninck nunca ha corrido más de siete días seguidos. Jamás se había probado con la élite en escalada que no fuera unipuerto, o en desniveles que excedieran la media montaña. En pruebas por etapas ha hecho brillantes exhibiciones, con ataques lejanos siempre en llano, o colinas cortas, pero hasta ahora solo en vueltas de 5 días o una semana y con menor participación de rivales de kilates.
Este es su primer gran test de verdadero fondo. Era sensato pensar con estos condicionantes al respecto, que en cualquier momento iba a flaquear ante un reto de tal magnitud contra gente especialista en rondas de tres semanas, después de 270 días sin competir y con tan poca experiencia en estas lides de recuperación sostenida a largo plazo.
Que tiene clase superlativa, sí. Que ya ha demostrado ser uno de los tres mejores croners del mundo, con diferencia, también. Que su potencia para atacar en llano, falso llano e incluso media montaña es fuera de serie, también lo ha demostrado. Que en clásicas con terreno favorable a sus portentosas virtudes puede hincharse a ganar, seguro. Su habilidad y destreza en bajadas técnicas y caminos de grava es un tema en el que aún no ha evidenciado virtudes, por el contrario, tiene mucho que aprender. El tema de la escalada en altura con mucho fondo y encadenados lo sabremos pronto porque nunca lo ha corrido.
Lo de ser vueltómano y tener tanque para 21 días es imposible de certificar sin haberlo corrido. Siendo extraordinario ciclista, Evenepoel no tiene la obligación de ser eximio escalador y vueltómano, por más que muchos ya lo consideren así, sin correr ese tipo de carreras. Tom Boonen o Peter Sagan no lo han necesitado para ser dos de los mejores corredores de este siglo y de la historia. Con las condiciones que el nacido en Schepdaal ha demostrado hasta ahora, si las consolida, ya le bastaría para ser un corredor que marque época aún si no llegara jamás a vueltómano top. Pero aún es muy joven y si las lesiones lo respetan puede mejorar en todos los apartados.
Lejos del apasionamiento y la avidez por héroes integrales instantáneos, era posible intuir que Evenepoel no iba a ser favorito para ganar un Giro (o la primera ronda de tres semanas que corriera) muy montañoso tras un parón tan largo y sin ninguna experiencia similar previa. La “montaña” de la Vuelta a Burgos, Algarve, San Juan o el Tour de Polonia, no es termómetro fidedigno para valorar sus dotes en la escalada de altura o encadenada. Tampoco ofrece garantías acerca del fondo de un corredor a tres semanas, por buenas maneras que apunte en pruebas cortas.
Su máximo rival en la opinión de los aficionados en este Giro de Italia, -en la prensa y en las casas de apuestas-, Egan Bernal, siendo muy joven también (24 años del colombiano por 21 del belga) sí ha demostrado ser un vueltómano con mucho fondo, habilidad para los abanicos, para el ‘sterrato’, astucia y agresividad para leer las carreras, además de una escalada superior a la mayoría en carreras por etapas. Claro, con la excepción del Tour de Francia 2020, donde entre sus problemas de espalda y la presión por refrendar su precoz gloria, no estuvo al nivel que había demostrado desde que debutó en el profesionalismo en 2017.
Ambos, Egan y Remco, desde su primera temporada como profesionales ganaron etapas, vueltas menores e incluso pruebas World Tour. Nadie duda de que junto a Pogacar son los tres genios aventajados de esta generación de súper clases prematuros en la élite del ciclismo de ruta mundial. La diferencia es que tanto el esloveno como el colombiano demostraron poderío, solvencia y aguante para tres semanas desde su primera participación en una grande.
Por no hablar de unas condiciones eximias para la escalada larga y dura, que es la que se encuentra en grandes vueltas y no en Portugal, Argentina o Polonia. Dejaron claro su perfil de vueltómanos top desde su primer gran éxito internacional, que en ambos casos fue el Tour de l’Avenir. De ahí para adelante en cuanta carrera se apuntaban derrotando en cuestas largas y cortas a quienes se les ponían por delante o estando siempre entre los mejores. Evenepoel tiene esa asignatura pendiente aún en las grandes.
Nadie puede decir aún que el genial jovencito belga, por excelentes condiciones y resultados tempraneros que haya mostrado contra el reloj, clásicas y vueltas menores, sea (o tenga que ser) también un escalador top y menos aún un fondista de 21 días. Dudar de ello es razonable. Con lo visto hasta ahora en las once etapas corridas del Giro, con mayor razón.
Pero cualquier entendido en ciclismo sí puede asegurar que -estando físicamente bien- Pogacar y Bernal, son favoritos a cualquier ronda de tres semanas con un trazado promedio que incluya montaña dura y encadenados de largo aliento.
Bernal no tiene, ni mucho menos, la Corsa Rosa en el bolsillo. Puede enfermar, recaer de su escoliosis, caerse o fundirse como Simon Yates en 2018. Cosas peores se han visto en la historia de las grandes vueltas. El zipaquireño solo ha demostrado mejor condición –todo terreno- que sus rivales hasta ahora. También su historial permite intuir que, salvo desgracia, teniendo el mejor equipo y el mejor golpe de pedal en terreno empinado, cuando llegue la montaña de mayor longitud y altura, puede aumentar su diferencia con los mismos escaladores, ya no digamos con los no tan especialistas.
Como esta es una columna de opinión y puedo mojarme, como lo hice en esta nota del año pasado, lo que ha demostrado Evenepoel hasta ahora, solo puede terminar en más pérdida de tiempo cuando lleguen las cumbres de gran exigencia y los días con su desgaste infernal vayan pasando: su falta de experiencia y ritmo ha quedado retratada.
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