Por Alejandro Matiz.-
Se pueden decir una y mil cosas sobre la condición de Egan Bernal, difundir rumores de que se encuentra bien o que ha recaído en sus dificultades físicas. Todo lo que quieran. Lo único cierto es que nosotros, lejanos al ambiente de la joven perla, no sabemos realmente sobre su estado y, por ello, no podemos afirmar nada. Es una incógnita.
Y como toda duda, plantea escenarios hipotéticos que en esta ocasión son dos: Que pueda o no liderar al INEOS en el Giro d’Italia. Si es el primero, poco habría por decir, pero si fuera el segundo, habría que determinar si este cotizado cuadro británico está preparado para reparar esa fisura a través de una alternativa que ofrezca garantías o si se encaminará nuevamente a repetir la historia del último Tour de Francia.
Usualmente, meter todos los huevos en una sola canasta no es un negocio fiable en el ciclismo. Significa correr un enorme riesgo, puesto que cualquier adversidad puede anular las opciones de la baza que se tiene y, por consiguiente, las de toda una escuadra. Es un caso que se replica sobre todo para los de Brailsford, porque optaron por jugársela en una cita de alta relevancia con un corredor que sigue recuperándose de sus limitaciones físicas y que, por lo tanto, no es una carta segura como para acudir como jefe absoluto.
Además, es un peligro que se maximiza, ya que si hay un equipo sin derecho a decepcionar es el británico. Después de lo de la última ronda gala, sería imperdonable que caiga en el mismo error y que repita el fracaso cuando el objetivo trazado es el de ganar. Si fuera con algún otro combinado, poco importaría. Sin embargo, estamos hablando de aquel con la chequera más poderosa y que está encarando el 2021 bajo la premisa de volver a reinar.
La falencia se halló en que no existía un plan B, conscientes de que Bernal podía desfallecer. La improvisación cobró su factura en el Grand Colombieré y selló la presentación más desastrosa de los Grenadiers en suelo francés desde 2014.
Quienes rodean al escarabajo de 24 años en este nuevo panorama son perfectamente capaces de realizar una esplendorosa labor en el rol de gregarios y fortalecer el bloque como el más fuerte de la competencia. No obstante, de ahí a que alguno de ellos lidere al nivel de él -que es vencer o en su defecto, hacer podio- es meterse a una historia muy distinta.
Los que apuntan a suplirlo si fuera necesario son Pavel Sivakov y Daniel Felipe Martínez. El ruso es talentoso escalando y no lo hace mal en la crono, mientras el colombiano es más equilibrado, con argumento para trepar y desafiar al reloj. Ambos tienen una proyección prometedora en grandes vueltas y esperan su momento para eclosionar, ¿será en este Giro?
La más reciente referencia data del Tour de los Alpes que desveló algunas cosas. De Sivakov, alguien con el tanque para estar a la par de los candidatos, pese a que todavía peca de inexperiencia, que, por la ansiedad de resistir con los mejores, intenta seguir ritmos a los que posteriormente va a ceder (ej. En la 4° etapa con su elenco trabajando a tope y reventando al primer ataque). De Martínez, alguien limitado por el servicio a Pavel, que daba la sensación de poder hacer algo más, aunque desconociendo hasta qué punto sería capaz.
Reafirmo, los dos son muy talentosos y manifestarán esa calidad a través de un plausible resultado en un corto plazo. Sin embargo, dudo de que eso suceda este mes de mayo. Da la sensación de que todavía les falta bagaje, cubrir esas grietas que todavía los limitan y acumular algo más de experiencia para dar el gran salto.
Los vatios y las piernas van llegando con el trabajo y dedicación, cosa que han venido demostrando en este tiempo. Las virtudes impalpables, aquellas ligadas a lo mental, aterrizan con la suma de vivencias en la bici. Esas fortalezas tan determinantes dentro del ejercicio son en las que ellos deben laborar para ser considerados como unas cartas más sólidas.
Si no más cuando el año pasado se quiso proyectar a ‘Dani’ como capitán para el Tour y la Vuelta, se vio que la falta de concentración y/o nerviosismo le jugaron una mala pasada con caídas en los primeros días que lo marginaron de aspirar a más. Ese tipo de sucesos son los que denotan la relevancia de moldear esos elementos.
Asimismo, está la presión. Ninguno de ellos ha tenido contacto con los señalamientos de la fanaticada y la prensa como favoritos para algo importante, con la necesidad de responder a la altura de las exigencias de su escuadra y de tener una vigilancia significativa por parte de otros adversarios.
Y si en un hipotético caso, Bernal no está para pelear, sobre ellos recaerán las esperanzas del equipo y se verán obligados a sortear ese factor, con un ingrediente adicional. Se encuentran en la formación que más urgida está por demostrar poder y superioridad en esta prueba, así que no les vale estar debajo de puestos de podio. La generosa inversión, el bloque catalogado como el mejor de la carrera, su historia… Todo eso ingresa en la discusión y, por ende, Sivakov o Martínez deberán demostrar que el alto nivel de la estructura sigue vigente.
Si Egan se encuentra en condiciones de luchar, de poco importará esto. Porque de antemano se sabe que posee el carácter para dar guerra y, por ello, ni al ruso ni a su compatriota les tocaría meterse a ejercer esa prestigiosa función.
Pero volvemos a lo mismo, por el contexto en el que estamos esa es una posibilidad, no una realidad. Si no hay seguridad de que sea así, se debe diseñar un plan efectivo y con similar respaldo bajo el marco de la otra eventual situación. Esta idea que tienen los ingleses puede funcionar, aunque es muy arriesgada.
Si me lo preguntan, yo hubiese optado por escoltar al zipaquireño -por adopción- con otro jefe de fiable historial: Tao Geoghegan Hart, Richie Porte, Geraint Thomas o Richard Carapaz. Teniendo tantos líderes con conquistas y podios recientes en vueltas de tres semanas, no creo que hubiese sido complicado designar uno como segunda espada para Italia.
Supongamos que Pavel o Daniel responden con creces y alguno acaba en el podio. Listo, se le aplaudirá a INEOS por la confianza en sus jóvenes talentos y por esa claridad para saber que este era el momento para que ellos brillaran. ¿Pero si no es así? Quedarán sumidos en un mar de críticas por haber arriesgado de tal forma y como complemento, si alguno de sus pupilos no fuera fuerte mentalmente, que dude de sus capacidades y reciba un golpe para su moral.
Por el bien de ellos, que no sea así. De todos modos, es mejor avizorar ambos escenarios para que luego no haya sorpresas si su faena es todo un éxito o si fracasa.
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