Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
La superioridad y solvencia, ya sellos característicos de quien va a ganar el Tour de Francia, Tadej Pogacar, se hicieron sentir más que nunca camino de Luz Ardiden, donde a pesar de las tímidas ofensivas de sus adversarios, controló como quiso y los batió con facilidad para cerrar su tercera conquista parcial y el liderato de la clasificación de la montaña.
“Es un juego para mí desde que empecé y disfruto jugarlo”, mencionó Pogacar, quien hoy no tuvo rival que se interpusiera en su premisa de triunfo de etapa. “Fue muy duro, en el Tourmalet tuve que estar muy concentrado y luego la subida final fue a tope”, rescató de todos modos, pues INEOS subió el paso en las ascensiones más exigentes.
Por su puesto, el temor no se apoderó de él, ya que la amplia ventaja y el colchón de la contrarreloj individual final, le brindaban el espacio para juguetear con las aspiraciones de sus contrincantes. “No debía estar preocupado, tengo la crono en la que daré lo máximo”. Aunque claro, por si acaso, augura a no tener una crisis excepcional en el ejercicio cronometrado. “Esperemos que no sea una crono como la del año pasado (por Primoz Roglic), se pueden perder 6 minutos en la crono, pero yo me siento seguro y confío en mí”, agregó.
La ambición y uso de fuerzas en pro de una faceta ofensiva, avivaron una fracción que en su mayoría sirvió para el bostezo. Al menos la concepción de esta nueva generación es la de siempre ir al ataque, cuando las piernas los acompañan, cosa la cual se le debe abonar a Pogacar, que perfectamente podría ser más conservador. Pasa un día más y queda uno menos, para coronarlo como rey por segundo año consecutivo en los Campos Elíseos.
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