Al igual
que muchos que se inician, el campeón nacional juvenil de ruta, y de otras
carreras clásicas, incursionó en el ciclismo tras ver los éxitos de corredores
ya establecidos como es el caso de German Elpidio Matos Espinal, su principal
mentor.
Por Martín
Olivo
SANTO
DOMINGO, República Dominicana.- Cada año el ciclismo dominicano se nutre de
nuevos corredores, pocos de los cuales logran descollar en el futuro; de ese
grupo surgen prometedores y talentosos exponentes que se inician de forma
avasallante, llevándose en su primer año importante títulos y posiciones de
consideración en carreras de gran importancia.
Edwin Morel
es uno de esa clase de pedalistas. Desde el primer momento en que subió a una
bicicleta dio atisbos de sus cualidades, haciendo valer de inmediato sus dotes
y logrando luego –tras el paso del tiempo y el proceso de orientación por parte
de sus preparadores—un importante sitial en el ciclismo criollo.
Ese
fenómeno está ocurriendo con el campeón nacional juvenil de ruta, quien este
año competirá en las categorías Sub-23 y Elite, en vista de que traspasó los 18
años.
Inicios y
cualidades
Edwin Morel
comenzó las prácticas del ciclismo tras visitar la tienda G.M., propiedad del excampeón nacional de ruta superior 1991,
German Elpidio Matos Espinal. De allí, Morel salió maravillado por la cantidad
de trofeos conquistados por el otrora capo de filas del desaparecido equipo capitalino
RALI.
“Un día
decidí arreglar mi bicicleta de paseo en la tienda de German; cuando observé
todos esos trofeos le pregunté qué tendría que hacer para iniciarme en este
deporte. German me dijo que lo principal, si quería tener éxito como él, era
practicar mucho y no hacer desarreglos en mi estilo de vida”, indicó el brioso
corredor.
Recordó que
al principio sus padres se opusieron, pero que con el tiempo se dieron cuenta
que eso “me mantenía en salud, y sobre todo, evitaba malas amistades”.
El también
campeón juvenil del VII Clásico Nacional Fénix-BANINTER señaló que de inmediato
se puso a entrenar en las madrugadas con el equipo Los Cocuyos-Ciclón, y al
preguntársele si no encontró dificultad con el horario, destacó: “Claro, al
principio me resultaba difícil levantarme temprano, pero como el ciclismo me
apasionó por completo, eso no fue ningún inconveniente, integrándome plenamente
con Los Cocuyos, que eran llamados así porque salen a entrenarse de madrugadas
con un bombillito relampagueante en sus espaldas”, indicó Morel.
Principales
triunfos
La Clásica
de las Mercedes 1998, organizada por el Club Deportivo y Cultural Fénix, fue la
primera carrera en la que Morel participó, logrando la segunda posición detrás
de ex campeón juvenil Víctor Díaz (Halcones) y por delante de Eloy Blanco
Abbott (OMO/Gomas Anchas).
Al año
siguiente (1999) compitió en la dura y desquiciante “Prueba de la Verdad”,
carrera en línea que tuvo como punto de partida la ciudad de San Francisco de
Macorís y concluyó en lo más alto de Las Terrenas.
Fue tercero
en la Pre-Vuelta al Valle, escenificada con un circuito cerrado en La Vega y
que fue ganado por el vegano Jorge Pérez, y en el Clásico Navideño Aro &
Pedal, en el que sólo corrió en dos de las tres etapas.
El Cocuyito
también se llevó las palmas en la séptima edición del Clásico Nacional
Fénix-BANINTER, corrido en la avenida Mirador del Sur, y en la que superó a su
compañero de escapada el romanense Edward del Rosario.
Varias
semanas después gana con un fuerte
esprint el Clásico Nacional de Ruta, relegando al vegano Bernard López Tejada y
Limardi Reyes a la segunda y tercera posición, respectivametne.
Planes
futuros
Como todo
atleta con objetivos planteados, Morel tiene en proyecto competir en la XXI
Vuelta Ciclista Independencia Nacional, certamen en que participará por vez
primera y en el que quiere correr representando a un equipo modesto “que no me
exija demasiado”.
“Mi
orientadores German Matos y el doctor Virgilio Batista me han sugerido que de
correr la Vuelta tendría que hacerlo con un sexteto que no me explote como
peón, en vista de que mis cualidades en estos momentos no me lo permiten”,
argumentó.
Morel
señaló que en la Vuelta sólo tiene planes de prepararse para hacer un proceso
de sobre-compensación que le beneficie en los Juego Deportivos Militares de las
Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en los que competirá representando a la
Marina de Guerra.
“Espero que
algún día podré suministrarle una medalla a la Marina; sé que soy joven y que
tendré que ayudar a mis co-equiperos del equipo azul, pero en el futuro estaré
ocupado un escalón en el podio militar”, enfatizó Morel.
En cuanto a
las carreras civiles se siente seguro que este año va por un buen camino,
debido a que así lo demostró en el desarrollo del VI Clásico Villa Altagracia,
en la que estuvo en varias escapadas, y en el Grand Prix de la Marina de
Guerra, prueba en la que se ubicó tercero detrás de Amaury Pérez (Club Aro
Iris) y Colón Guevara (Ortiz Celado-Aro & Pedal).
Los
entendidos lo califican como un rodador-esprinter, ya que rueda bien en el
llano y se desenvuelven muy bien en las llegadas masivas. “No soy escalador, y por
ello voy a emplearme más a fondo en ese tipo de terreno”.
Agradecimientos
Cual buen
atleta que está consciente de que para progresar no sólo bastan las condiciones
física y mentales, sino también d elas orientaciones y ayuda de quienes lo
rodean, Edwin Morel se siente agradecido de German Matos y Virgilio Batista.
“German me
inició y Batista me ha preparado de manera específica y con un carácter más
científico”, destacó.
También
reconoció la ayuda de Omar Bros, dirigente de la Liga de Ciclismo Máster del Distrito
Nacional (Licimadi), y de Ramón Elías Adames, presidente de Los Cocuyos. “Ambos
han contribuido bastante en cuanto al apoyo técnico y humano se refiere”.
Destacó los
aportes de los patrocinadores, entre los que citó a la bebida energizante
Ciclón, Casa Belkis, Repuestos B & C, Todo Auto y Ferretería M & R. (LA
NACIÓN / DEPORTES / 27 de Enero del 2000).
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