El corredor galo dio varios zarpazos en la punta del pelotón, siendo uno de ellos cuando se llevó a rueda al italiano Colbrelli. |
Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Aunque la superioridad física fue el principal promotor del segundo arcoíris consecutivo de Julian Alaphilippe, el diseño táctico también tuvo gran impacto, puesto que ejecutar todo un plan para correr agresivamente sirvió como elemento sorpresa en una carrera donde todos aguardaban a las acciones de Wout van Aert. No obstante, Thomas Voeckler, seleccionador francés, reveló que dentro de esa estrategia hubo una ‘desobediencia’ del corredor que irónicamente fue la que le otorgó el título mundial.
“El ataque a 58 kilómetros estaba planeado, pero lo que no funcionó fue que prolongó demasiado su esfuerzo la primera vez. Si sirve, sigues, si no es así, paras. Me tomé la libertad de decírselo”, describió a Cyclingnews, encargado de la selección francesa, sobre ese primer intento que pese a no tener éxito total, sí fue útil para romper la carrera y seleccionar el grupo inicial de 17 corredores.
“Luego vino a verme al auto y tuvimos una charla vital”, y lo importante que fue, ya que ahí se definirían por completo roles y métodos para un ‘Loulou’ que tenía otras ideas en la cabeza.
Primeramente, preguntó si debía ponerse a trabajar para Florian Sénéchal pensando en un sprint, a lo que Voeckler se negó “(Valentin) Madouas está ahí para trabajar, Sénéchal puede ocuparse de él para el sprint”, le ordenó para luego responder al interrogante del ciclista sobre si atacar o no. “Primero le dije que esperara a los demás ataques y que luego contraatacara, pero finalmente le dije que siguiera sus instintos ya que así él era mejor”, relató el ex-ciclista galo, que siempre le recalcó a Julian la importancia de jugar con sus sensaciones.
Sin embargo, debía hacer caso a ese instinto siguiendo la charla de bus, donde la indicación era que si no salía el ataque lejano, lo mejor era esperar hasta el final -aparentemente a eso de menos de 10 km a meta- para volver a intentar. No obstante, Alaphilippe demarró dos veces y en la segunda, a falta de 18 para el cierre, se marchó en solitario para conquistar la gloria.
Dicha aceleración puso nervioso a Voeckler al no ser parte de la estrategia dictada. “No era el plan. Arrancar así de antes no era la idea. Puede que no necesite hacer más este trabajo porque necesito vivir 20-30 años y estos chicos van a matarme rápido (risas). Julian hizo lo contrario que le indiqué, me asustó”, confesó.
Pero de ahí lo fundamental de correr ofensivamente e implantar esa doctrina con alguien como Alaphilippe, que sabe perfectamente competir así, ya que fue la forma de innovar y anticiparse al resto que en mente, sólo tenían la idea de defenderse del máximo favorito en la salida, Wout van Aert. Y la idoneidad de ese pensamiento se ve reflejada en estas otras declaraciones ofrecidas por Voeckler:
- “Queríamos lanzar ataques antes que los demás y hacer que pensaran que estábamos locos. Sabíamos que sería una carrera de movimiento y queríamos iniciarlos antes que los demás. Siempre quisimos estar un paso por delante”.
- “Le dije a la prensa francesa que si nos centramos solo en Wout, haríamos lo mismo que todas las demás naciones. Les dije a mis corredores que lo peor que se podía hacer era centrarnos en Van Aert porque estamos en Bélgica, es el mejor y hay muchos equipos que lo harán”.
- “Teníamos que cuidarnos del equipo belga y Wout, pero no era el objetivo principal. Estaba prohibido concentrarse solo en Van Aert. Es como en el fútbol: si juegas contra el PSG y pones a cuatro jugadores contra Mbappé, los otros se beneficiarán”.
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