Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Jasper Philipsen (Alpecin-Fénix) se hizo con la 62º edición del Grand Prix de Denain, que este año otorgaba un trazado de 200 kilómetros con salida y llegada en Denain. El belga, que sufrió en los adoquines y se vio contra las cuerdas por cuenta de los INEOS, supo mantener la calma y con el apoyo de los suyos, rematar con éxito una carrera dramática.
Clément Carisey (DKO), Adam De Vos (RLY), Dylan Kowalski (XRL), Maxime Urruty (XRL), Jason Tesson (AUB) conformaron la escapada del día, que poca vida tendría con las hostilidades que querían destapar los INEOS desde el lote principal, al ostentar varias fichas de peso para hacer suyo el título del certamen.
A poco más de 70 km fue neutralizada la fuga -cuyo último sobreviviente era el canadiense De Vos- por un corte de 11 ciclistas que se había separado del resto. Ellos eran Connor Swift (ARK), Stan Dewulf (ACT), Sep Vanmarcke (ISN), Quinten Hermans (IWG), Jérémy Lecroq (BWB), Oliver Le Gac (GFC), Clément Davi (GFC), Julius Van den Berg (EFN), más tres representantes de la formación británica, Owain Doull, Luke Rowe y Michal Kwiatkowski.
Rodaban con una ventaja de 40″ sobre un colectivo en el que Jasper Philipsen (AFC), Arnaud Demaré y Edvald Boasson Hagen (TNE) eran los principales damnificados, requiriendo de maniobras individuales en los tramos adoquinados para recortar distancias con el nuevo grupo cabecero.
Poco a poco, el grupo delantero se disolvería con los múltiples ataques en el pavé quedando cuatro en cabeza: Kwiatkowski, Davi, Hermans y Dewulf. La persecución ahora quedaba en manos del Israel Start Up-Nation, que urgía por mandar de vuelta a Vanmarcke a la punta. Era un grupo muy nutrido, combatiendo contra un cuarteto, inferior numéricamente, pero con un motor que no se fundía.
Siempre una estable diferencia de 20″, que desesperaba a otros elencos como el Arkéa-Samsic o Alpecin-Fénix que pasaban al frente con sus unidades restantes para neutralizar el movimiento, que se reducía a tres por la pérdida de Hermans, a causa de la fatiga.
Agónica resolución en los kilómetros finales, con el trío a la vista del pelotón que empujaba con todo para cazarlos. Pese a la aceleración final de ‘Kwiato’ en los últimos 800 metros, el grupo mayor llegó a su estela y con ello lanzó un embalaje, donde Philipsen cumplió con su favoritismo y se mandó un contundente sprint, saliendo desde atrás y encerrado para sobrepasar en línea de meta a Jordi Meeus. Nueva conquista para el belga que suma su tercera diana consecutiva, tras triunfar en su nación y Alemania en un periodo de 5 días.
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