Como en la mayoría de los deportes, en el ciclismo surgen atletas con la capacidad intrínseca y natural para destacar en dicha disciplina; son los denominados corredores natos.
Esos bien aventurados deportistas, en ocasiones, no aprovechan tales facultades, ya sea por dejadez o por falta de motivación, no empleándose a fondo y limitándose (conformarse) con obtener al azar lugares significativos.
Pero hay otros que aprovechan esas condiciones, fraguando su palmarés con innumerables triunfos. Ejemplo, en el aspecto internacional tenemos al mítico y super-estrella belga Eddy Merckx, el italiano Fausto Coppi, el francés Jacques Anquetil, entre otras leyendas.
También hay que hacer mención de las cualidades peculiares del belga Johnan Musseuw, los norteamericanos Greg Lemond (en retiro) y Lance Armstrong (quien superó el cáncer y a sí mismo), los españoles Miguel Induráin (ganador de cinco Tours de Francia) y Pedro Delgado (un Tour), así como otras pléyades.
En cuanto a lo nacional, son y fueron pedalistas natos, los veganos Gustavo Reyson Deschamps, Alberto –Esterícalo—Cruz (excelente escalador), los santiagueros Jonás Vila, Rafael Díaz, Luis Bueno, el sancristobalense Marino García, el seibano Ángel García, etc., etc.
Entre los capitalinos –y de los cuales pudimos palpar sus inicios—tenemos a Manolín Fernández (Pestañitas), Enrique Reyes Duarte (El Brujo), Pastor Ortiz, Carlos Vásquez (El Salvaje) y Ramón Elías Adames (El Gallo), este último posee las condiciones de marcar altos ritmos, poseyendo una capacidad estoica para soportar el dolor.
El Gallo Adames, ya como corredor Máster 30, demostró recientemente que tiene muchas facultades, ya que luego de estar en la ciudad de Nueva York durante casi dos semanas (sin entrenar y tomando muchas cervezas Coronas) y al arribar al país logró la segunda posición en la desordenada prueba puntuable Licimadi.
Después de un cerrado esprint con Virgilio de Jesús Genao (Vilo), Adames fue interrogado por todos los participantes, quienes les cuestionaban si éste había “montado” en la “Gran Manzana” o si había conseguido allí la famosa Eritropoyetina que supuestamente emplearía el equipo Festina en el Tour de Francia 1998.
A nosotros –quien suscribe— nos consta que el propietario de Casa Belkys no había entrenado en la ciudad de los rascacielos y mucho menos consumió ningún tipo de sustancia prohibida. Lo que sí pudimos constatar, además de sus cualidades natas, que El Gallo bebe mucha cebada y no se emborracha tan fácilmente.
DEMARRAGES.- Está por el suelo la motivación de los ciclistas Elites criollos. Hay que ponerlas las pilas… La directiva de Licimadi sigue dando traspiés; no se conformaron con cambiar la penúltima carrera ya ahora trastocaron la fecha de la contrarreloj por equipos. Eso es lo que se llama un verdadero relajo… Sprint Final. (El Nacional/Sábado 14 Noviembre 1998).
0 comentarios:
Publicar un comentario