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viernes, 14 de julio de 2023

RAÚL BRETÓN opina sobre Lance Armstrong y el "dopaje" de su bici

Muy pocos se dieron cuenta que "el molinillo" de Lance Armstrong en las altas montañas no era legal. Confirmado está que su bicicleta Trek estaba "dopada" con un motorcito en su eje centro. (Foto: Fuente Externa)


Por Raúl Bretón.-


SANTO DOMINGO, República Dominicana.- OJO: Las razones por las que el Tour de Francia ha desaparecido el nombre de Lance Armstrong de su historia, sus transmisiones de tv, radio y streaming, y todo lo que tiene que ver con publicidad y mercadeo. Merecido olvido para un tramposo compulsivo. Me lo recuerda Facebook.

El doble dopaje de un tramposo
No se supera un cáncer para luego ganar siete Tour de Francia de manera seguida y con registros tan contundentes. Ya lo había advertido Greg Lemond. El ciclismo es uno de esos deportes que no admite milagros. Es quizás el más duro y sacrificado de todos.

El tiempo termina poniendo todo en su justo lugar. Al incuestionado dopaje de Lance Armstrong y su fraudulento recurso de constante consumo de sustancias prohibidas para oxigenar su sangre y aumentar su rendimiento, se le suma el descubrimiento de un diminuto motor que resultaba imperceptible para los inspectores de bicicletas del Tour.

Como todo lo de Lance: La mejor tecnología a su disposición para coleccionar triunfos fraudulentos. Investigaciones han determinado que Armstrong activaba el motor que empujaba los pedales de su Trek luego de oprimir un discreto botón ubicado en el timón y tocar levemente la batería localizada en la parte baja del sillín. Una ayuda significativa para Armstrong ya que el motor era capaz de producir 500 Watts de potencia.

Imágenes de Lance Armstrong cuando "accionaba o activaba" el motorcito que tenía instalado su bicicleta y que lo "ayudaba" un "poquito" más contra sus rivales. (Foto: Fuente Externa)



Maticemos: El ciclismo es un deporte que evoluciona constantemente. Durante los últimos años los que escribimos y hablamos de ciclismo en los medios de comunicación ajustamos nuestros análisis a la misma velocidad que la tecnología lleva a este deporte. Así que últimamente hemos tenido que ir en el mismo pelotón en donde va la termodinámica con la aparición de la medición de los vatios por medio de los pulsómetros. Estos se encargan de indicarnos los parámetros de potencia que se logran tras un prolongado esfuerzo relacionado con el pedaleo y la cadencia del ciclista.

El peso del ciclista es determinante para saber el estado real. A eso le llamamos potencia relativa. Un ciclista categoría World Tour (máxima en el ciclismo de ruta) especialista escalador, es capaz de generar entre 5 y 7 wkg por pedalada durante una importante cantidad de tiempo. Muy Normal. Armstrong era capaz de sostener un ritmo 7.4 durante más de nueve minutos luego de agotar 180 kilómetros de recorrido en una etapa de montaña del Tour. Una cadencia “asombrosa”.

Claro, con la ayuda del motor, lo que le daba una abismal ventaja respecto a sus rivales, muchos de ellos también dopados de sustancias prohibidas. Las evidencias están. La filmovideoteca de aquellos Tours que hoy están en el vertedero del ciclismo presentan a un Armstrong “invencible” que realiza toques disimulados para activar el funcionamiento del motor, que junto a la hormona EPO, las transfusiones de sangre y las sobredosis de testosteronas y corticoides, ayudaron a construir la página más indigna de la historia del ciclismo.

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