Los Medias Rojas de Boston, Nacionales de Washington y los Tigres de Detroit fueron tres de los grandes fracasos de la estación 2015, en realidad tres equipos fallidos.
Conjuntos como Houston, con la nómina más baja del negocio; los Vigilantes, que se repusieron a un 2014 de 95 derrotas; los Azulejos, quienes consiguieron su primera clasificación a postemporada en 22 años, y los rejuvenecidos Mets que lograron su primera clasificación en 10 años. Ese cuarteto está en la postemporada, en tanto el mencionado trío constituyo parte fundamental del mal manejo y fracaso del 2015.
Los Nacionales de Washington, igual que en 2013, fueron --desde el primer día del entrenamiento-- dados como súper favoritos para alcanzar la Serie Mundial. En el papel lucía el conjunto perfecto de la temporada 2015. Las lesiones, pocos movimientos a mitad de temporada, fueron algunos de los factores influyentes en el pobre desempeño de Washington.
Los Nacionales terminaron con apenas cuatro juegos sobre .500 (83-79). La contratación de Max Scherzer para unirlo a la “gran rotación” compuesta por Gio González, Stephen Strasburg y demás, se quedó en un proyecto para el 2016. Su nómina de 164 millones de dólares fue la sexta más cara del béisbol. Este conjunto debe romper algún día con el estigma del amagar y no dar.
Los Tigres de Detroit fueron los campeones absolutos de la División Central desde el 2011. Todos los esfuerzos fueron en vano por ganar la Serie Mundial, pues el último título lo consiguieron en 1984.
El fracaso de la novena trajo consigo la destitución del Gerente General y Presidente Dave Dombrowski. No pudo retener a Scherzer y sus contrataciones, incluyendo la del millonario lanzador Justin Verlander, un diamante muy caro, pero con defectos, provocaron la salida a principios de agosto de Dombrowski.
La tercera nómina más elevada del negocio (cuarta en algunas publicaciones) con un monto de 173 millones de dólares, apenas dio para ocupar el sótano de la Central de la Liga Americana (74-87) y el segundo peor record de la liga, solo detrás de los Atléticos de Oakland.
Los Medias Rojas de Boston, junto a los Yankees, es la franquicia con más prosapia del béisbol. Tuvieron la segunda temporada seguida de puros fracasos tras ganar su tercera Serie Mundial en diez años. Qué manera de salir del campeonato con dos sótanos en el Este de manera consecutiva, algo realmente bochornoso para un conjunto que se acostumbró a ganar entre el 2004 y el 2013.
Pablo Sandoval y Hanley Ramírez, firmados con dos lujosos contratos, no llenaron las expectativas de ser una tríada mortífera a la ofensiva junto a David Ortiz, quien nueva vez puso números impresionantes. En agosto despidieron a su gerente Ben Cherington, para contratar a Dombrowski, con el título de presidente de operaciones deportivas. Boston es parte de la élite económica del béisbol, con una lujosa nómina de 168 millones de dólares (187 MM a principios de temporada).
Dele la vuelta que usted quiera, pero los Medias Rojas, Washington y Detroit son tres equipos fallidos.
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