me gusta

lunes, 7 de agosto de 2023

Mathie Van der Poel no sorprendió en el Mundial de Glasgow, Escocia


Tres grandes en el podio del Mundial: Mathieu van del Poel (oro), centro, Wout van Aert (plata), izquieda, y Tadej Pogacar (bronce), derecha.


GLASGOW, Escocia.- Para nadie fue una sorpresa que el ciclista neerlandés se adjudicara la medalla de oro y, por ende, la camiseta arcoíris que lo acredita como campeón del mundo de ruta logrado en un duro, agobiante y técnico circuito disputado este domingo en esta ciudad escocesa.

Tampoco fue de sorprender el resto del podio ocupado por el belga Wout Van Aert y el esloveno Tadej Pogacar, quienes se tuvieron que conformar con las medallas de plata y bronce, respectivamente.

Van der Poel, nativo de Kapellen, y con 28 años de edad, es también quíntuple campeón del mundo de ciclocrós y una vez de mountain Bike, y en esta oportunidad logró enfundarse el jersey arcoíris, tras imponer su clases y su gran momento de forma, en los últimos 22 kilómetros de la meta que le permitió marcharse en solitario y fulminar a todos sus rivales directo.


El neerlandés logró lo que su abuelo Raymond Poulidor nunca pudo: obtener el maillot arcoiris.

Tras seis horas, siete minutos y 27 segundos de duro batallaer, el neerlandés adornó su hazaña con épica, pues se cayó a 16 kilómetros de la meta, erosionándose su costado derecho, pero ello no fue óbice para cruzar con los brazos en alto en la línea final de Glasgow.

El ataque de Van der Poel no fue respondidod por otros de los grandes favoritos, entre ellos Wout Van Aert, quien llegó a la meta a un minuto y 37 segundos para colgarse la medalla de plata.

Mientras que el esloveno Tadej Pogacar, hizo valer su gran momento de forma, al superar en el embalaje a otro no menos favorito, el danés Mads Pedersen, arribando a la meta a 1:45 minuto después del neerlandés, para quedarse con la presea de bronce.

En tanto, el ciclismo español no tuvo un día más brillante. El primer clasificado fue Alex Aranburu, en el puesto 19º., a 8:30 minutos del vencedor. 


 

Protesta detiene la carrera

Con la carrera lanzada después de la salida junto al Parlamento escocés, ya se había formado las primeras escapadas, cuando un grupo de activistas manifestaron sus inquietudes pegando sus manos en plena carretera. Los nueve corredores en fuga se detuvieron, lo mismo que los perseguidores y el pelotón, que circulaba tranquilo a 8:30 minutos de la cabeza de carrera.

No fue fácil despegar las manos de los autores de semejante idea, pero por fin se reanudó la carrera. Eso sí, después de casa una hora, tiempo que muchos aprovecharon para comer, charlar e incluso hacerse fotos con componentes de la carrera. Empezó de nuevo el Mundial, con 191 kilómetros por delante.

El pelotón superó compacto el paso por Crow Road (5,8 km al 4%), principal dificultad antes de llegar al circuito final de Glasgow, donde empezó el Mundial de verdad. En las calles de la ciudad escocesa llegó la locura. Había que dar 10 vueltas a un circuito de 14,4 kilómetros con 45 curvas y varios repechos urbanos.

 

Dinamarca selecciona, Bélgica controla

Cerca de 140 kilómetros de tensión hasta la meta. Se acacó la tranquilidad. Dinamarca impuso el paso para seleccionar un grupo de 90 corredores que perseguían a la fuga limando tiempo paso a paso. Sin tregua en un circuito criticado por ser demasiado “ratonero”, con 450 curvas en total, pero divertido para el espectador. Fue llegar a Glasgow e instalarse la sensación de que algo podía pasar en cualquier momento.

El primero en atacar fue el francés Julian Alaphilippe, pero el galo no es aquel ganó dos mundiales y enseguida fue reducido. A 98 kilómetros de meta comenzó un festival de ataque y de acelerones que convirtieron la carrera un inexorable proceso de eliminación.

La fuga inicial se disolvió a 69 de meta, cuando los favoritos yan había tomado el mando de las operaciones. Evenepoel atacó en tres ocasiones, pero solo fue un preludio de su hundimiento, pues el entonces campeón del mundo se iba a echar a un lado. También tensaron la cadena Van der Poel y Pogacar.

Fue el italiano Alberto Bettiol quien logró distanciarse del grupo de los ilustres. Los clasicómanos al mando del Mundial. Sin Remco en la “pomada”, la lluvia aportó peligro en cada curva, y la emoción iba en aumento. Atrapado Bettiol, llegó el momento clave de la prueba. La carrera había eliminado ya a 190 participantes.

 


Van der Poel ataca, se cae pero vence

A 22 kilómetros de la meta, a falta de vuelta y media, explotó Mathieu van der Poel. Hachazo seco que hizo astillas a sus rivales. Van Aert, Pedersen y Pogacar fueron condenados a perseguir, aunando fuerzas, pero ya con poco convencimiento.

Se abrieron expectativas cuando Van der Poel sufrió una caída en una curca a derechas. Golpe contra la valla, pero el maestro del ciclocross se levantó enseguida para subirse a la bici y seguir el camino de gloria. Pudo mantener 30 segundos de ventajas, a pesar de tener problema con una zapatilla.

Tremendo Van der Poel, poderoso en su pedaleo, directo a poner punto final a una sequía neerlandesa de 38 años en el Mundial. El mítico Joop Zoetemelk se impuso en 1985, y ahora Van der Poel volvió a ponerse en el pecho el arcoíris del campeón.

Impotencia en las otras estrellas del ciclismo. Van Aert, Pogacar y Pedersen se rindieron. Se miraban resignados a repartirse la plata y el bronce. El oro ya estaba del palmarés de Van der Poel, en un año triunfal con sus éxitos en la Milán-San Remo y la París-Roubaix.

Una edición épica a la que se unió la lluvia en el técnico y revirado circuito de Glasgow. Un escenario para super-corredores, en el que los mejores del pelotón se midieron palmo a palmo. Evenepoel cedió el testigo del arcoíris a Van de Poel, que en unos días es también aspirante al título mundial de montaña. (Fuente: EFE)

0 comentarios:

Publicar un comentario