El ciclismo español no pasa por su mejor momento a la espera de que exploten promesas como Carlos Rodríguez o Juan Ayuso, pero hubo una época no tan lejana en la que cada poco tiempo aparecía un nuevo corredor que ilusionaba a los aficionados. Uno de los que se esperaba mucho era Óscar Sevilla, quien tras brillar como amateur dio el salto al profesionalismo de la mano del mítico equipo Kelme en 1998. Consiguió notables éxitos en sus primeros años y estuvo cerca de ganar la Vuelta a España en 2001.
Sin embargo, su progresión se frenó y después se vio implicado en la Operación Puerto. No recibió ninguna sanción deportiva, aunque fue repudiado por los equipos importantes. Decidió buscarse la vida en Colombia y allí se convirtió en una estrella local. A los 45 años, aún sigue en activo.
0 comentarios:
Publicar un comentario