TARRAGONA, Espana.- El pedalista italiano Matteo Trentin se impuso al esprint en la cuarta etapa de la Vuelta a España 2017, luego de un emocionante embalaje final que dejó al velocista del Quick-Step en el primer lugar de la jornada.
El ciclista del Quick Step se impuso luego de 198,2 kilómetros entre Escaldes Engordany (Andorra) y Tarragona, ofreciéndole así la segunda victoria al equipo azul y negro; mientras el británico Chris Froome (Sky) mantuvo el jersey rojo de líder.
Trentin, de 28 años de edad, acudió puntual a la cita de los velocistas. En Gruissan puso en bandeja la etapa a su compañero belga Yves Lampaert, en la vieja y romana Tarraco el emperador fue él mismo, imbatible en la recta de meta, donde anuló el sueño del español Juan José Lobato (Lotto Jumbo), segundo clasificado.
Un desenlace previsible que supo aprovechar Trentin, un corredor habituado a lanzar a los grandes esprinters del equipo, como el alemán Marcel Kittel, pero en ausencia del germano se ha lucido con su primer triunfo en la Vuelta, que añade a sus dos triunfos en el Tour y uno en el Giro. Este año ya asomó levantando los brazos en la Vuelta a Burgos.
Día de sol, calor y transición para los gestores de la general que no sufrieron un ápice con una escapada inocua y controlada que marcó el trayecto desde Andorra a Tarragona. Chris Froome, después de presentar credenciales en el Principado, retuvo la roja sin sobresalto alguno. Mantuvo los 2 segundos de ventaja sobre el español David de la Cruz (Quick Step) y el irlandés Nicolas Roche (BMC).
Enseguida se animó la mañana. Apenas atravesado el paso fronterizo de Andorra se lanzaron a la aventura cinco corredores, dos de ellos del Caja Rural: el abulense Diego Rubio y Schultz, Le Bon (Francaise), Rossetto (Cofidis) y el colombiano Osorio (Manzana-Postobón).
Vía libre para la cabalgada, contra viento y pelotón, que admitió una ventaja máxima de siete minutos en el kilómetro 65. El entendimiento se rompió en las rampas del único puerto del día, el Alto de Belltall, donde atacó Stéphane Rossetto llevándose a su rueda a Rubio, un chico de Navaluenga (Ávila), tierra de escaladores, aunque no sea su perfil, pues mide 1.92 metros y pesa más de 80 kilos.
Más bien un rodador de buenas maneras, quien cargado de ilusión trató de despegarse del compañero galo a 12 de meta, cuando el pelotón asomaba el morro en lontananza. No hubo manera de completar el sueño. Para nada sirvieron los esfuerzos desplegados en 180 kilómetros. Tampoco se fue de vacío, pues se llevó el premio al combativo del día y el derecho a unas cuantas entrevistas.
A ocho kilómetros de meta, y después de pasar por Valls, donde se recordó al malogrado Xavi Tondo, fallecido en 2011, la etapa volvió a nacer con otro formato. El Quick Step agarró la batuta y todo el mundo a bailar al ritmo que marcaba la escuadra belga.
No faltaron las caídas. En una de ellas a 3,5 de meta se fue al suelo el mejor español de la general, Dani Moreno (Movistar), quien perdió 1.38 y se fue al puesto 27 de la general a 2.52. Malos días para el escuadra telefónica.
Así se llegó al esprint, muy desordenado, con los “guepardos” en primera línea. Juanjo Lobato olió la presa y soltó un ataque lejano en busca de la sorpresa. Agarró unos metros, pero el gaditano no contaba con la reacción de Trentin.
Una vez que respondió el italiano de Borgo Valsugana (Trento) se confirmaron los peores presagios para el español emigrado al Lotto Jumbo. Le pasó como un avión. En la meta instalada en el Anillo que albergará las instalaciones de los Juegos Mediterráneos 2018 Trentin fue el emperador. El día de los esprinters, en vísperas de más montaña.
La quinta etapa se disputa este miércoles entre Benicassim y Alcossebre, con un recorrido de 175,7 kilómetros, jornada de media montaña con cinco puertos y final en la Ermita de Santa Lucía, un ascenso de 3.4 kms al 4.2 por ciento de desnivel.
El ciclista del Quick Step se impuso luego de 198,2 kilómetros entre Escaldes Engordany (Andorra) y Tarragona, ofreciéndole así la segunda victoria al equipo azul y negro; mientras el británico Chris Froome (Sky) mantuvo el jersey rojo de líder.
Trentin, de 28 años de edad, acudió puntual a la cita de los velocistas. En Gruissan puso en bandeja la etapa a su compañero belga Yves Lampaert, en la vieja y romana Tarraco el emperador fue él mismo, imbatible en la recta de meta, donde anuló el sueño del español Juan José Lobato (Lotto Jumbo), segundo clasificado.
Un desenlace previsible que supo aprovechar Trentin, un corredor habituado a lanzar a los grandes esprinters del equipo, como el alemán Marcel Kittel, pero en ausencia del germano se ha lucido con su primer triunfo en la Vuelta, que añade a sus dos triunfos en el Tour y uno en el Giro. Este año ya asomó levantando los brazos en la Vuelta a Burgos.
Día de sol, calor y transición para los gestores de la general que no sufrieron un ápice con una escapada inocua y controlada que marcó el trayecto desde Andorra a Tarragona. Chris Froome, después de presentar credenciales en el Principado, retuvo la roja sin sobresalto alguno. Mantuvo los 2 segundos de ventaja sobre el español David de la Cruz (Quick Step) y el irlandés Nicolas Roche (BMC).
Enseguida se animó la mañana. Apenas atravesado el paso fronterizo de Andorra se lanzaron a la aventura cinco corredores, dos de ellos del Caja Rural: el abulense Diego Rubio y Schultz, Le Bon (Francaise), Rossetto (Cofidis) y el colombiano Osorio (Manzana-Postobón).
Vía libre para la cabalgada, contra viento y pelotón, que admitió una ventaja máxima de siete minutos en el kilómetro 65. El entendimiento se rompió en las rampas del único puerto del día, el Alto de Belltall, donde atacó Stéphane Rossetto llevándose a su rueda a Rubio, un chico de Navaluenga (Ávila), tierra de escaladores, aunque no sea su perfil, pues mide 1.92 metros y pesa más de 80 kilos.
Más bien un rodador de buenas maneras, quien cargado de ilusión trató de despegarse del compañero galo a 12 de meta, cuando el pelotón asomaba el morro en lontananza. No hubo manera de completar el sueño. Para nada sirvieron los esfuerzos desplegados en 180 kilómetros. Tampoco se fue de vacío, pues se llevó el premio al combativo del día y el derecho a unas cuantas entrevistas.
A ocho kilómetros de meta, y después de pasar por Valls, donde se recordó al malogrado Xavi Tondo, fallecido en 2011, la etapa volvió a nacer con otro formato. El Quick Step agarró la batuta y todo el mundo a bailar al ritmo que marcaba la escuadra belga.
No faltaron las caídas. En una de ellas a 3,5 de meta se fue al suelo el mejor español de la general, Dani Moreno (Movistar), quien perdió 1.38 y se fue al puesto 27 de la general a 2.52. Malos días para el escuadra telefónica.
Así se llegó al esprint, muy desordenado, con los “guepardos” en primera línea. Juanjo Lobato olió la presa y soltó un ataque lejano en busca de la sorpresa. Agarró unos metros, pero el gaditano no contaba con la reacción de Trentin.
Una vez que respondió el italiano de Borgo Valsugana (Trento) se confirmaron los peores presagios para el español emigrado al Lotto Jumbo. Le pasó como un avión. En la meta instalada en el Anillo que albergará las instalaciones de los Juegos Mediterráneos 2018 Trentin fue el emperador. El día de los esprinters, en vísperas de más montaña.
La quinta etapa se disputa este miércoles entre Benicassim y Alcossebre, con un recorrido de 175,7 kilómetros, jornada de media montaña con cinco puertos y final en la Ermita de Santa Lucía, un ascenso de 3.4 kms al 4.2 por ciento de desnivel.
La clasificación general no tuvo mayores cambios al ser una carrera de transición.
El pelotón del grupo principal se mantuvo unido a kilómetros de la meta. Chris Froome se mantiene fuerte con el Sky. Vincenzo Nibali y Esteban Chaves siguen de cerca al británico.
Matteo Trenti chocó con un oso
En una oasion, el italiano Matteo Trentin, del equipo Quick Step, sufrió un sorprendente incidente cuando entrenaba para futuras carreras. El ciclista realizaba un descenso cuando de pronto se encontró en su camino con un oso. El corredor no pudo esquivar al animal y se fue directamente contra él. Afortunadamente no tuvo lesiones de gravedad.
Posteriormente el corredor publicó el incidente en las redes sociales. Junto a una foto del casco añadió el siguiente texto.
“¡Siempre usen casco, chicos! Puede suceder que durante el entrenamiento un oso se cruce en su camino cuando usted está en un rápido descenso. No hubo espacio para frenar, así que tuve un accidente con él. Él no era un peluche teddybear ”, escribió el ciclista en su cuenta de Instagram.
0 comentarios:
Publicar un comentario