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viernes, 12 de noviembre de 2021

Historias no contadas del fenecido ciclista español Luis Ocaña

El fotógrafo italiano Sirotti captó la imagen de uno de los mejores corredores españoles de todos los tiempos en 1969.


Por Pedro Gª Filabres y Jorge Matesanz


El personaje que supone Luis Ocaña es altamente complejo y está lleno de pequeñas historias que dan idea del calibre de esta leyenda del ciclismo, de su carácter y su forma de ser. Todos recuerdan las etapas de Orcieres Merlette, donde puso en jaque a Eddy Merckx para vencer un Tour que terminaría por ganar debido al accidente que sufrió el español en la bajada del maldito Col de Menté. También aquella del mes de julio de 1973 en la que Fuente se enfrascó en una gran batalla desde lejos con el entonces maillot amarillo, un Ocaña que terminaría ganando en Les Orres su segunda etapa de un total de seis en aquella edición y aplacando así la presión del asturiano, uno de los escaladores más incómodos del pelotón tanto para él como para su gran rival, el gran ‘Caníbal’. 

Precisamente con el belga ha tenido más que palabras en una rivalidad directa en batallas sin cuartel. Cuenta la leyenda que en una París-Niza adelantó Merckx al conquense con suficiencia y silbando justo cuando pasaba a su altura. El español no se lo pensó y le espetó algo como «silba mientras puedas». Una rivalidad que le llevó a atacarle en una avería del ganador de cinco Tours en la previa a la mítica jornada que culminaba en Orcieres, donde Luis le endosó nueve minutos al belga. Ese día previo el pelotón llegaba a Grenoble, donde sufrió ese percance que, junto al ataque de su gran rival, Ocaña, terminó por ceder el amarillo en favor de Zoetemelk por unos segundos. 

Tras la mítica jornada alpina en la que el ciclista español se vistió de amarillo sentenciando prácticamente el Tour, Merckx contratacó camino de Marsella, con más de 200 kilómetros de persecución hasta la meta y en la que no pudo revertir la situación como le hubiese gustado. Como se llegó con tanto adelanto, ni prensa ni cámaras pudieron captar el momento de la llegada, por lo que el alcalde de la segunda ciudad francesa mostró tal enfado que afirmó que el Tour nunca volvería siendo él alcalde. Dicho y hecho. El Tour regresó en 1989, celebrando el bicentenario de la Revolución Francesa y además aprovechando el hecho de que el alcalde había fallecido el año anterior. 

También con Eddy en medio de la historieta, cómo no, Ocaña muestra un episodio con cierto paralelismo con el de Miguel Ángel López en la Vuelta a España de 2021, cincuenta años después. Sucedió en el Giro de Lombardía del año 1971. Su archienemigo ataca y por detrás Luis intenta la persecución, manteniendo la distancia pero sin colaboración. El enfado del español le lleva a una auténtica reacción desmedida hacia sus rivales, abandonando la carrera en aquel instante. Merckx ganó en un año auténticamente mágico para él con el triplete Tour, Lieja y Lombardía, algo que ha repetido Tadej Pogacar en 2021. 

Ocaña, entre otras muchas historias como la que se vivió en la sierra de Madrid con la gesta de Perico Delgado camino de Segovia, ha sido un hombre de fuerte carácter. En lo bueno, dando mucha competitividad a las pruebas donde era de la partida, y también en lo malo, con episodios donde la venganza se servía en plato frío. Robert Millar llegaba de líder a la última jornada montañosa de una Vuelta a España de 1985 en la que apenas contaba con equipo. El de Priego, director de un modesto equipo español por entonces, le ofreció ayuda para intentar controlar la carrera. El director del escocés desestimó su oferta con aires de superioridad, lo que provocó que Luis lanzase a todos sus corredores atacar sin descanso para desarbolar al líder, con el resultado por todos conocido. 

Genio y figura, uno de los mejores corredores españoles de todos los tiempos. Un ciclista capaz de ganar un Tour y una Vuelta ante una generación de vueltómanos casi irrepetible, con una rivalidad cruenta e intensa con el considerado mejor de todos los tiempos, un Merckx que siempre ensalzó a sus rivales españoles, tanto a Fuente como a Ocaña, que se quitó la vida en 1994 en su casa de Mont de Marsan, en Francia, debido a las fuertes depresiones que vivía debido a múltiples factores, como la ruina económica debido a sus actividades vinícolas o la contracción de la Hepatitis C debido a una transfusión de sangre posterior a un accidente de tráfico. Un ciclista que siempre vivió al límite de la épica. Y que siempre será recordado como un gran campeón, sobre todo por su carácter ganador, orgulloso e irreductible. 


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