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lunes, 25 de mayo de 2015

José Alberto (Chino) Genao muestra clase en Prueba por Puntos de los Campeonatos Panamericanos de Ruta y Pista de 1978

La actuación del vecino de Villa Juana, Distrito Nacional (izquierda), conmovió al público presente en la pista ovalada del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. Santo Domingo, República Dominicana.
SANTO DOMINGO, 20 de Abril de 1978.- “¡Chino!, ¡Chino!, ¡Chino!” Gritaba el público de pie en el Velódromo Olímpico (Juan Pablo Duarte) anoche, después de terminada la agotadora competencia (Prueba por Puntos), al tiempo que se escuchaba un cerrado y prolongado aplauso.

Era el testimonio de satisfacción y reconocimiento que los dominicanos brindaban al pedalista quisqueyano (José Alberto) Chino Genao, quien completó en forma brillante las 150 vueltas (30 kilómetros) de la prueba junto a sobresalientes figuras del ciclismo panamericano.

El Chino irrumpió en llantos cuando ya estaba fuera de la pista.

El esfuerzo fue extraordinario y conmovedor el calor y respaldo de los presentes.

“Realmente me sentí emocionado y no pude contener las lágrimas. Después lloré porque estoy seguro que mi actuación pudo ser más destacada si hubiese terminado la competencia en mi propia bicicleta”, dijo a EL NACIONAL en una entrevista después de la prueba.

Genao, de 18 años y uno de los más prometedores velocistas dominicanos, sufrió un percance en la bicicleta al completar el segundo tercio de las 150 vueltas (pactadas).

El pedalista criollo recibió otro aparato para continuar la competencia (esto se permite al igual que el cambio de aro), pero la bicicleta resultó más pequeña que la que utiliza usualmente y le resto actividad en el resto de la prueba.

Sin embargo, el Chino realizó un esfuerzo titánico y llegó –incluso—a ganar uno de los “embalajes” de la prueba (un esprint después de cada cinco vueltas) y en otros llegó varias veces entre los cuatro primeros, quienes recibían puntuación.

Contraportada de el periódico El Nacional de !Ahora! donde se le dio cobertura a los Campeonatos Panamericanos de Ciclismo Santo Domingo 1978.


“Si hubiese tenido mi bicicleta, las cosas hubiesen resultado mejor”, manifestó, aunque afirmó que estaba complacido y orgulloso con el trabajo que hizo.

En la prueba de puntos, ganada por el colombiano Jaime Galiano, participaron 35 corredores de varios países.

Aparte de Genao, República Dominicana estuvo representada por Eddy Padilla y Amado Abreu. Ambos tuvieron que abandonar la prueba antes de completarse la mitad. A Padilla –que comenzó muy bien—se le recrudeció una lesión en un muslo, mientras Abreu acusó cansancio por lo agotadora que resulta la misma.

Los colombianos, cubanos y chilenos, principalmente, tuvieron el control de la competencia. El uruguayo Víctor González completó una brillante faena, obteniendo la presea de plata. La de bronce correspondió a Sergio Aliste, de Chile.

El trabajo del Chino Genao fue más encomiable porque compitió sólo en la segunda mitad de la prueba, mientras los ciclistas de otros países (equipos) se ayudaban naturalmente (mutuamente).

Además, será la primera vez que el pedalista quisqueyano participaba en una competencia de esta naturaleza y lo hacía frente a ciclistas de mayor experiencia que él.

“Sabía lo difícil que sería la carrera. Deseaban competir. Terminar fuerte y sobre todo, hacer un digno papel”, declaró.

Aseguró que la competencia constituía una gran prueba para él y que estaba orgulloso de su demostración.


Repitió que la bicicleta que utiliza en la segunda parte de la carrera no le ayudaba mucho, pero que de todas formas siempre pensó en darlo todo por el prestigio de su patria.

Dijo que nunca pensó “aflojar” ni mucho menos abandonar la pista. “Todo lo que deseaba era pedalear cada vez con mayor fuerza”.

Admitió que el calor del público, con los repetidos aplausos, influyó mucho en él.

“No podía defraudar a mi patria, ni al pueblo dominicano. Estaba dispuesto a seguir hasta las últimas consecuencias”.

Reveló a EL NACIONAL, igualmente, que al cruzar la meta en la última vuelta (en segundo lugar) y escuchó el aplauso vibrante de los fanáticos, se sintió feliz y orgulloso.

“Quería hacer una carrera digna. Y también dedicarla a mi hermana Josefina, que acaba de tener un niño”.

El Chino no conquistó medalla, pero ganó un gigante reconocimiento de todos los que estuvieron anoche en la pista del Velódromo Olímpico por su calidad, coraje y valentía. (Ramón Jerez/EL NACIONAL DE ¡AHORA!/PÁGINA 40)

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