Por Fernando A. de León.- SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ego y la canallada del presidente estadounidense, Donal Trump, está trillando caminos similares a las inconsistencias de las políticas públicas por las que migrantes dominicanos y de otros países de nuestra región, se han radicado en Estados Unidos: quiere cercenar su calidad de vida. En su obsesión contra los migrantes, específicamente con los hispanos, con el ICE y la Guardia Federal es capaz de provocar mayúsculas contingencias fatales. Lo que podría acontecer en cualquier momento. En realidad, el mandato de Trump es una calamidad perturbadora. Y, como hemos dicho antes, el acelerado descalabro sociopolítico de los Estados Unidos, aparenta iniciarse con Trump como desgracia. Ha sembrado incertidumbre en las grandes mayorías de trabajadores indocumentados. Y pareciera que intentara hacer de Estados Unidos un conglomerado sociopolítico tercermundista. Claro, para indocumentados y las minorías. Por suerte, contrario a nuestros países incluyendo a la República Dominicana; todavía hay agua potable, y ausencia de apagones. Aunque no se perpetúe en el poder, parece que tiene más de cinco años o toda una eternidad, por sus tormentosos aranceles a los estados de diversos países y otras desacertadas medidas políticas de un hombre que, solo es un magnate lleno de odio. La economía de Estados Unidos, va de picada. No se puede esperar nada bueno de un mandatario cavernícola que está contra la educación, la salud y los avances científicos. Ahora hay un cierre del Gobierno federal, y miles de empleados han sido despedidos. Hay 730 mil empleados federales que no han cobrado sus salarios, y otros 670 mil que han sido suspendidos temporalmente. Se prevé que miles de niños quedarían excluidos del WIC, un soporte de asistencia alimentaria. Además, el próximo noviembre podría presentarse lo que puede considerarse como una tragedia capital: la posible exclusión del SNAP o cupones de alimentos, que beneficia a miles o millones de hogares empobrecidos. Millones de personas han protestado contra las iniciativas antiinmigrantes y las políticas públicas de Donald Trump. Hasta ahora, las protestas se han limitado a protestar y enarbolar carteles de repudio; pero, al paso del tiempo podría haber desórdenes y vandalismos con saldos de muertos y heridos. Y es lógico pensar que los ciudadanos que han trabajado duro; pagado impuestos en este país; que tienen hijos y nietos nacidos en Estados Unidos, de algún modo, se resistan a sus embestidas. Y nadie sabe qué puede acontecer.
martes, 28 de octubre de 2025
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