Mientras la carrera transcurría a falta de 59 kilómetros, ocurrió una caída masiva que dejó a poco más de 30 corredores en el piso, una imagen que definitivamente dejó marcados a muchos de los que en ese momento apreciaban la vuelta por televisión.
Desde el Quick-Step Alpha Vinyl Team indicaron que el campeón del mundo se encuentra estable y en recuperación, además en medio de muchos exámenes y evaluaciones para determinar las consecuencias de la caída, dejando por sentado que no podrá competir en las próximas semanas.
Un gesto de campeón que trasciende lo competitivo
«Estoy pensando en Julián, pero también en todos esos muchachos muy afectados que tuvieron que ver pasar sus vidas cuando, a más de A 70 km/h, el silbato del pelotón ha dado paso al caos, el sonido de equipos explotando y los gritos humanos que surgen», escribió Romain Bardet en su cuenta de Twitter visiblemente afectado por lo que vivió en primera persona.
Pero ya en declaraciones a la transmisión oficial tras finalizar la carrera, el francés dio más detalles de cómo decidió ayudar a su compatriota: «Fue solo una pesadilla. Cuando miré a mi alrededor, vi a Julian a 5 o 6 metros de profundidad y fue un shock emocional. No venía nadie y realmente necesitaba ayuda. Era una emergencia. No podía moverse o respirar», aseveró.
Mientras, Tom Pidcock y Jérémy Cabot, quienes fueron los primeros en tocar el asfalto, también opinaron sobre la situación: «Este tipo de Total Energies (en referencia a Cabot) arriesgó su vida y arriesgó la vida de todos los demás viniendo desde atrás. No fue una decisión aceptable para ser honesto», manifestó el inglés.
Por su parte, el señalado Cabot afirmó en su cuenta de Twitter: «Fui el primero en caer ayer en Lieja-Bastoña-Lieja. Un corredor que fuerza el pasaje llegaba detrás de mí cuando estaba a la derecha de la carretera en la rueda del Bora. No había lugar para dos en este lugar, mi rueda tocando la del corredor de delante, sin tiempo para frenar… Y caos… en un cuarto de segundo», cerró.
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