Por Gissel Taveras.-
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Hace 13 años, la exclusión social y la falta de empleos fueron las principales razones que motivaron a Pedro Reynoso, mejor conocido como “Pedro Bon”, a emprender su propio negocio.
Bon se dedica a dar masajes terapéuticos para obtener sus sustento, trabajo que realiza en un modesto local ubicado en la calle Tetelo Vargas, del Barrio Duarte, en Herrera, Santo Domingo Oeste.
En ese centro, muchos jóvenes deportistas encuentran no solo terapia de relajación, sino la orientación necesaria para no volver a sufrir de molestias musculares.
“Yo era trabajador formal en Helados Bon durante 17 annos, por eso el sobrenombre, pero al salir de esa empresa, decidi estudiar fisioterapia en el Instituto Tecnico Siuperior Oscus San Valero, con el propósito de poner su pequeño negocio”, indicoo.
“Comence en la galería de mi casa hasta que logre alquilar un pequeño local, donde realizo mi oficio actualmente”, cuenta Bon.
El tiempo que estuvo desempleado antes de emprender su negocio, se dedico junto al padre de su esposa a arreglar equipos de refrigeración, pero no duro mucho en esa labor.
“Mi suegro quería que yo siguiera laborando en la refrigeración pero pensé que en vez de estar pasando trabajando encaramándome en diversos edificios, que hasta casi me caigo en una ocasión, preferí darle crédito a lo que yo sé que es la fisioterapia y me ha dado muy buenos resultados, ya que he ayudado a muchos prospectos deportistas, expresó el terapeuta.
Tratamientos que realiza
Los tipos de masajes que ofrece son: relajación, masajes para columnas, post traumáticos, tobillos, lesiones, desgarre, cirugías y masajes anti estrés.
Las terapias que emplea no solo son destinadas a los hombres, algunos de sus clientes son mujeres que viene a él luego de realizarse alguna intervención quirúrgica como liposucción o moldear su figura.
Deportistas
He mejorado la salud de grandes beisbolistas. El primero con el que trabajo fue con Ángel Ovalles, quien hoy juega en el equipo de los Cardenales de San Luis, otros son Isaías Tejeda, Junior Noboa, Nelson Payano, Odalís Pérez y Roberto Noboa, este último estaba decidido a dejar el beisbol pero mejoro su lesión gracias a la dedicación de este terapeuta y regreso al juego.
La mayoría de las personas que atiende en su negocio vienen por recomendación y algunos de sus clientes son de la Asociación de Rehabilitación.
Bon indica que la mejor recompensa que puede recibir es la satisfacción de hacer un excelente trabajo y que muchos hablen bien de él a la hora de propagar su labor:
“Esta profesión si tú la trabajas con pasión y entrega te da muchos estímulos, ya que no todo es el signo de peso; existen otros elementos que garantizan que tu negocio dure por mucho tiempo”, manifiesta Bon.
El lema de este emprendedor es ayudar sin ver a quien, por lo que las terapias que realiza tienen precios muy bajos, dependiendo del tipo de masaje y la cantidad de sesiones que necesite el afectado. Estos oscilan entre RD$300 y RD$500 por sesión.
“Aquí las personas no se van sin su terapia, tengan o no tengan dinero. Eso es lo que me ha caracterizado y lo que ha lograd hacer avanzar su negocio, porque los dominicanos somos muy agradecidos”, revela el masajista.
Herramientas que utiliza
Dentro de su espacio de trabajo, Bon cuenta con diversos instrumentos para emplear los masajes, así como máquinas de ejercicios para fortalecer los músculos dañados.
“Cuando viene una persona lesionada, lo primero que verifico es su diagnostico o las placas que se ha realizado para identificar qué tipo de lesión tiene. Si el cliente llega con una rotura o sin placas le digo que se la haga, porque yo no puedo trabajar sin saber que le provocó la molestia en el cuerpo, sin conocer cómo y dónde voy a realizar los masajes”, comenta Bon.
Familia
Pedro nació en Bonao, oriundo de una familia muy humilde. Ha procreado junto a su esposa tres hijos: Kelvin, Katherin y Keroni Javier, de 30, 24 y 22 años, respectivamente, quienes sienten orgullo de la profesión técnica de su padre.
“Este centro de terapia me ha dado de comer y luego de haber trabajado en diferentes lugares, lo mejor es tener tu propia fuente de empleo, sobre todo si ya no eres joven”.
Sueña con tener un gimnasio con toda la maquinaria necesaria para que sus clientes encuentren relajación y sanación de sus músculos en un mismo lugar.
“La mejor recompensa que puedo recibir es la satisfacción de hacer un excelente trabajo y que hablen bien de mi labor”. Pedro Reynoso, masajista. (Fuente: Listín Diario).
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