Por Ciclismo a Fondo.-
El exciclista Juan Carlos Domínguez ha salido "indignado" del juicio por el atropello mortal de su hija Estela, de 18 años, que se ha celebrado este viernes en el Juzgado de Instrucción 2 de Salamanca y que ha terminado con enfrentamientos y momentos de tensión.
"Salgo indignado, es la palabra, porque como el acusado se ha negado a declarar, solo a su abogado y un poco al juez, no hemos podido averiguar muchas cosas", ha dicho en declaraciones a los medios a la salida.
Domínguez quería que el juicio sirviera para "sacar la verdad" y se ha mostrado frustrado: "Siempre he dicho que hay 600 metros de una recta en la que tuvo que estar viendo a Estela durante muchos segundos, y eso desgraciadamente no se lo hemos podido decir, y no se ha hablado de ello y los testigos que iban detrás es allí donde la vieron".
La promesa del ciclismo Estela Domínguez, de 18 años, falleció en el acto el 9 de febrero de 2023 cuando entrenaba en la N-630 a la altura del polígono industrial Villares de la Reina de Salamanca, tras ser arrollada por un camión de dos ejes que conducía un mecánico, el acusado B.G.H, para hacerle pruebas técnicas a unos 300 metros del taller de su hijo.
El Ministerio Fiscal y la acusación han pedido este viernes para él la pena máxima que permite el "delito de homicidio por imprudencia menos grave", 18 meses de multa y 18 meses de prohibición de conducir.
"La muerte de Estela Domínguez fue consecuencia única y exclusivamente de la conducta del denunciado. La causa principal fue su distracción en la conducción, la desatención, no haber reducido la velocidad y no llevar en adecuadas condiciones el cristal delantero del camión. Su actitud fue negligente, y ha reconocido que sabía que ciclistas circulaban por esa zona", ha concluido el Ministerio Fiscal.
Y ha agregado: "La defensa trata de exculparle diciendo que hubo un deslumbramiento, pero nosotros consideramos que esto no le resta culpa al conductor, ni al hecho de que no redujera la velocidad al verse deslumbrado, incluso hasta la detención. Él cometió todas las infracciones, ella ninguna".
La acusación se ha "adherido totalmente" a las consideraciones del Ministerio Fiscal y ha expresado que lo que hubiera satisfecho a la familia "algo más" es "haber tenido algún contacto directo, alguna explicación por parte del causante del daño, no directa sino indirectamente" porque en casi año y medio "no han tenido noticia" de él.
La defensa ha pedido la absolución al argumentar que "el conductor no vio a la ciclista por la incidencia del sol" y que "no hubo distracción, ni negligencia y es un accidente puro y duro". El abogado defensor ha insistido en que el conductor llevaba una mano sobre la cara para intentar ver, algo que él considera "incompatible con una distracción", pero que el guardia civil que ha declarado en el juicio le ha dicho que eso puede constituir en sí mismo una distracción.
El acusado habla por primera vez y el juicio termina en enfrentamiento
El acusado se había acogido hasta ahora a su derecho a no declarar pero en el juicio ha dicho que solo contestaría a su abogado y al juez. En su declaración sobre los hechos no se ha dirigido en ningún momento a los padres de Estela, de los que le separaba menos de un metro, ni ha expresado sus condolencias por la muerte de su única hija.
B.G.H. ha explicado que iba probando un camión y que escuchó "un ruido metálico" pero no frenó ni vio a la ciclista "en ningún momento", aunque le pasó por encima con su vehículo. Pasado un tiempo volvió al lugar de los hechos con otro vehículo del taller de su hijo situado a unos 300 metros, algo que ha justificado en que pensó que se le había caído algo.
"Podría estar tres días hablando porque han dicho de mí de todo. El sol no me dejó ver, fueron un cúmulo de cosas. Les presento mis condolencias", ha dicho en su declaración correspondiente al derecho a la última palabra.
Enseguida le han interrumpido gritos indignados del público con frases como "¡ya era hora después de 15 meses!" o "¡sinvergüenza!" y varios insultos, a lo que él ha respondido, girándose para mirarlos: "En la calle me lo tenéis que decir". En la sala y a la salida se han vivido momentos de violencia entre personas vinculadas a las dos partes, de manera que han tenido que intervenir las fuerzas de seguridad, mientras se oían gritos de "qué barato sale matar".
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