MADRID, España.- Lucien Petit Breton, Fausto Coppi, Jacques Anquetil, Eddy Merckx y Miguel Indurain Larraya tienen un socio nuevo en el club de los pocos ciclistas que han demostrado su nivel único consiguiendo superar dos de las pruebas más difíciles que se pueden afrontar sobre una bicicleta: ganar el Tour de Francia y batir el récord de la hora.
El recién llegado es un inglés de 1,90 metros y caballero del imperio británico por designación real llamado Bradley Wiggins, ganador del Tour de 2012, quien --el pasado siete de este mes (junio)-- fue capaz en 60 minutos de dar 218 vueltas y un poquito a la pista de 250 metros del velódromo olímpico en Londres para llegar a 54,526 kilómetros, 1.589 metros más que el anterior récord, logrado por su compatriota Alex Dowsett hace un mes en Manchester.
Uno de los líderes del equipo Sky logró la marca dando 6,353 pedaladas (poco más de 105 por minuto) con una bicicleta estudiadísima, un desarrollo de 8,74 metros por pedalada (58 de plato y 14 de piñón trasero9 y un ritmo metronómico de 16, 5.16,6 segundos por vuelta que solo decayó en los últimos minutos.
Pese a su logro, Wiggins, quien a última hora se afeitó su hípster barba por orden de su equipo de aerodinámica, no era un hombre feliz del todo después de su hora.
“He sufrido. Esto debe de ser lo más parecido a un parto. Estoy satisfecho, pero desilusionado”, dijo el inglés, cuyo plan de marcha previsto (superar 55 kilómetros, una marca casi imbatible) debió ser revisto a la baja por la elevada presión atmosférica en Londres, 1.036 mb.
“Con 980 mb me habría acercado a los 56 kilómetros. El aumento de presión se traducía en 40 vatios más para la misma velocidad”.
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