El ecuatoriano Richard Carapaz (EF Educatión) consiguió su primera victoria en una fantástica etapa de montaña marcada por un explosivo duelo de los favoritos.
Se acerca el fin del Tour de Francia y apuran los corredores para hacerse con algún botín. Fue Carapaz el conquistador de la etapa 17, bella y peliaguda montaña en la que el ecuatoriano se deshizo del británico Yates en la última gran escalada de la tarde. El español Enric Mas fue tercero, pero la auténtica batalla estuvo unos kilómetros atrás. Pogacar nunca tiene suficiente y el esloveno quiso provocarle taquicardias a sus perseguidores en la general. Vingegaard claudicó y Evenepoel, muy rabioso, le devolvió la bofetada al esloveno. El belga rascó solo unos segundos, siempre es fascinante ver cómo un lobo enseña los dientes, aunque solo sea por orgullo.
Vuelve la montaña y la guerra renace, se recrudece. No ha bajado los brazos Visma e intenta pinchar al líder, pues es Pogacar un astro absoluto pero sus ganas de gresca ya le han costado alguna que otra desgracia. El esloveno no pica el anzuelo, se mantiene firme, la gloria le espera en Niza. Está tan cerca el final que los favoritos eluden al desgaste y, esta vez sí, una fuga rompe la carrera. La afición sobrepasa otra vez los límites. Tras un chanclazo y un botellazo, esta vez es una bandera la que impacta en el rostro de un corredor. La línea entre el fervor y la inconsciencia siempre ha sido muy fina.
Se corona la cima del Col Bayard y son cuatro héroes los que intentan acelerar hacia la victoria. Cort, Grégoire, Jungels y Benoot mantienen un duelo fantástico, mientras que Martin y Madouas intentan darles caza. Las cuestas y el calor aprietan. A lo lejos emerge el Col du Noyer, impone su vieja roca y verde piel. Poco le importa a Simon Yates, que ataca cuando la carretera se inclina, deja atrás a sus rivales y mira con ambición a la línea de meta. El puerto es de primera y los que intentan domarlo, también. La etapa es de categoría.
Se las promete muy felices el británico pero una sombra le sigue. Carapaz, valiente y con algo de mal fario en este Tour, caza a Yates con una facilidad pasmosa. Ecuatoriano e inglés mantienen un duelo épico. Se esfuerza el sudamericano para despegarse de Yates, pero este rezuma coraje, no se rinde. Sin embargo, las piernas del de Education estás frescas, quiere una victoria cueste lo que cueste. Su enemigo se queda atrás. El español Enric Mas alcanza la tercera posición. La partida de ajedrez se esclarece, pero el grupo de favoritos salta por los aires.
Pogacar no entiende de días plácidos y pega un puñetazo salvaje. Acelera el líder, Evenepoel le sigue, Vingegaard se queda. Solo era un aviso, quería ver el esloveno cómo de cómodos estaban sus rivales. Los tres artistas se reúnen. Vingegaard traga saliva porque no le acompañan la piernas, pero a Evenepoel no le gusta que jueguen con él y le devuelve el golpe a Pogacar. Acelera Remco, le saca 10 a Tadej y 12 a Jonas. Sus esfuerzos provocan aplausos, el sonido con el que se recibe a los valientes.
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