Por Joel Chávez.-
Los cubanos y los ciclistas de Panamá le están dando una lección al mundo entero.
Una lección de sacrificio.
Una lección de corazón.
Una lección de lo que significa dejarlo todo en la carretera.
Porque aquí no hay excusas.
Aquí no hay atajos.
Aquí hay piernas vacías, pulmones ardiendo y sueños demasiado grandes para rendirse.
Los elementos golpean:
lluvia, calor, viento, montaña…
pero estos muchachos siguen pedaleando como si el dolor fuera gasolina.
Y eso es lo que el mundo tiene que ver:
que la grandeza no es lujo, ni fama, ni privilegio.
La grandeza es hacer más con menos.
Es sufrir con dignidad.
Es pelear con el alma abierta.
Por eso el ciclismo se respeta.
Porque aquí, para llegar arriba, hay que dejar hasta la vida en la carretera.
Y estos guerreros lo están demostrando con cada kilómetro.
Respeto para Cuba.
Respeto para Panamá.
Respeto para todos los que enseñan al mundo que el corazón es más fuerte que cualquier montaña.








0 comentarios:
Publicar un comentario