Después de permanecer 50 años bajo tierra, este Chevrolet Vega 1975 fue finalmente desenterrado, acompañado de una motocicleta Kawasaki azul. Ambos formaron parte de lo que se considera la cápsula del tiempo más grande del mundo, un ambicioso proyecto sellado en 1975 por Harold Davisson en la localidad de Seward, Nebraska, Estados Unidos.
La cápsula consistía en una estructura de acero y concreto de 45 toneladas, diseñada para resistir el paso del tiempo y preservar una auténtica muestra de la vida estadounidense de los años setenta. En su interior se colocaron cerca de 5,000 objetos representativos de la época: electrodomésticos, publicaciones, dispositivos electrónicos, alimentos, ropa, fotografías y elementos culturales.
El Chevrolet Vega, símbolo de la industria automotriz estadounidense de aquel momento, se convirtió en la pieza central de la cápsula. Sin embargo, ni siquiera las gruesas capas de acero y concreto lograron evitar por completo los efectos del óxido y el deterioro, evidentes al momento de su extracción.
La apertura de la cápsula, ocurrida hace pocos días, permitió ver una auténtica “fotografía congelada” de 1975. Desde peinados y estilos de vestir hasta objetos cotidianos y referencias culturales, todo permaneció inalterado durante cinco décadas, salvo los estragos naturales del tiempo en algunos elementos.
Este proyecto no solo buscaba resguardar objetos, sino ofrecer a las futuras generaciones un vistazo tangible al pasado, tal y como se vivía en aquel entonces.
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