La leyenda mitológica griega nos narra que una de las tantas pléyades que Zeus tuvo en amoríos, fue Taigete. Zeus se unió a ella y nació Lacedemón, que se convirtió en un atrayente varón y guerrero. En aquellas regiones donde este hijo de Zeus habitaba, tenía a Eurotas como rey el cual no tenía hijos varones y sólo a Esparta como su única hija. Esparta era única, princesa y brazo derecho de su padre.
Lacedemón al conocerla se enamoró de ella y la hizo su esposa porque a Eurotas le pareció bien ese joven, y ya que no tenía descendencia varonil le cedió a la bella princesa Esparta y el trono de su reino.
Lecedemón entonces convertido en gobernante pronto cambió los nombres del país en alusión al suyo propio como Lacedemonia o Laconia y también de sus habitantes. Seguidamente fundó una gran y hermosa ciudad y le puso el nombre de su mujer. Así Esparta y su esposo Lacedemón fueron el principio de los lacedemonios en el Peloponeso. Entre los descendientes Esparta también tuvo una hija, Eurídice, que llegó a ser la esposa del rey Acrisio de Argos y así como la abuela de Perseo.
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