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miércoles, 10 de abril de 2024

TRES MINUTOS: Mathieu Van del Poel no sorprendió en París-Roubaix



ROUBAIX, Francia.- El neerlandés y campeón mundial de ruta Mathieu Van del Poel no sorprendió a nadie al conquistar la París-Roubaix 2024.

Muchas daban como candidato a este ciclista que la semana pasada había ganado el Tour de Flandes.

Pero precisamente no muchos ciclistas por el agotamiento que significa participar de ambas competencias han logrado triunfar en forma seguida en ambas competencias.

El triunfo del ciclista de Países Bajos constituye su sexto "monumento" en 17 participaciones. Tres veces la Ronde, 1 San Remo y 2 Roubaix. Los ciclistas que han logrado tal cosa son Henri Pélissier, Alfredo Binda, Fred De Bruyne, Francesco Moser, Moreno Argentin y Johan Museeuw.


El Anterior ciclista que había ganado ambas pruebas en una semana fue, en el 2013, Fabian Cancellará.

La exigente carrera tuvo la particularidad de tener viento de espaldas durante gran parte de la prueba. Por ello la primera hora de la carrera fue a más de 50 kilómetros a la hora.

También por eso dijo Mathieu que se animó a atacar y andar solo durante 60 km. llegando con 3 minutos de ventaja al Velódromo de Roubaix.

Por la misma razón la edición 2024 tuvo un récord de velocidad, mas de 47,800 km. por hora de promedio.

En el camino, las máxima dificultades del ganador fueron, que no faltó quien la arrojara cerveza, y un intento de sabotaje bastante burdo por el cual un espectador intento que una gorra de ciclista se le enredara en la rueda trasera.

Hay que contar estas cosas porque en la carrera normal, alejada de este extraterrestre por el segundo puesto ganó Jasper Philipsen, sobre Mads Pedersen y Nils Politt.



Ahora dos cosas, ya que hablamos de equipos:

El Alpecin es el equipo que más monumentos ha ganado desde que irrumpiera a correr carreras de este tipo en 2019.

En esta última París-Roubaix hizo lo que haría cualquier equipo que tiene al candidato y buena parte de los mejores ciclistas: No le dejó chances a sus rivales de organizar otra carrera que no fuera la planificada por ellos.
Así que cuando Van Der Poel partió, el equipo había agotado todo lo que tenía que hacer de acuerdo al dibujo que le habían hecho en el pizarrón probablemente tres días antes.

Claro que todo puede salir mal: Caídas, pinchaduras (alguien del Ineos quizo agarrar la punta luego de un pinchazo agarrado de un auto, cosas que suceden en todas partes, pero lo descubrieron), pero en ningún caso lo que esta a mano hacer con un equipo y los ciclistas que se tienen se improvisó o se dejó en manos de otro. Eso se aprende, según se ve, solo mirando televisión.

La tercera es una cuestión de geografía humana. Si usted alguna vez va hasta Roubaix, y probablemente toma un colectivo desde la estación de trenes hasta donde está el viejo velódromo, compartirá el ómnibus con inmigrante, casi todos musulmanes.
A cierta hora ni siquiera es un viaje que uno haga sin observar como lo mira todo el colectivo.



Las afueras de Roubaix muestran la enorme inmigración en Europa de otros países, árabes y africanos.

Esas cosas no se ven en la carrera. Así que si te arrojan cerveza o una gorra, por ahora la carrera no deja de ser muy tranquila.

¿Qué otra cosa ganará Van Der Poel mas adelante? No se sabe.

Lo que sí se sabe es que su equipo es muy sólido y que sus técnicos no se pierden.

Respecto de los accidentes Van Der Poel dice que en el fondo siguen siguiendo en gran parte responsabilidad de los ciclistas que pretenden reemplazar condiciones por audacia, y muchas veces asi les va.

Respecto a los jóvenes dice lo que dicen todos los consagrados, en el ciclismo. Como en casi todas las actividades en la vida del mundo en estos días sólo se triunfa a fuerza de audacia. Por tanto, algunos se estrellan como parte de su programa en tal sentido, y otros, más consagrados, lo hacen forzados por ese modo de afrontar la realidad de los mas jóvenes.


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