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lunes, 12 de diciembre de 2022

Raúl Bretón: "Por Amor al Fútbol (PAF) Mundial de Catar 2022, Día 22



Por Raúl Bretón.-

Por Amor al Fútbol (PAF) Mundial de Catar 2022. Día 22. Ayer en cuartos de final: Marruecos 1-Portugal 0, Inglaterra 1-Francia 2 . Martes en semifinal: Argentina vs Croacia. Miércoles en semifinal: Francia vs Marruecos. Se han jugado 60 de los 64 partidos, 158 goles (2.63 por partido).

"Las redes sociales y el fútbol fariseo son los nuevos axiomas de la distopía neoliberal", Alejandro Dolina, filósofo y escritor argentino que mira con sospecha la vida moderna, de la que dice está llena de realidades imaginarias inducidas, las cuales se sostienen de una falsa felicidad obligatoria que potencia la imagen y el envase, no así el contenido. Dolina es un amante del fútbol, deporte en el que nota mecanismos especulativos que forman parte del propio sistema. Este versátil intelectual fue uno de los grandes amigos de Maradona.

Tácticas y estrategias bélicas aplicadas al fútbol

“El arte de la guerra”, del chino Sun Tzu, es uno de los libros más leídos por los entrenadores de fútbol. A pesar de que fue escrito 500 años antes de Cristo, sigue siendo un referente en el sector militar moderno. Las tácticas y estrategias utilizadas en el fútbol son muy similares a las que se ejecutan en el campo de batalla: “Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando se está asegurado en cada zona. Evitarlo durante un tiempo cuando es más fuerte”.

Las viejas trampas de Tzu son muy aplicadas en el fútbol. Muchos entrenadores han recurrido a las recomendaciones de Tzu para aplicarlas en la arquitectura de sus esquemas tácticos, siempre partiendo desde el profundo conocimiento de los puntos en los que el adversario es más fuerte o débil. Entrenadores de tiempos remotos como Helenio Herrera y Ernst Happel, hasta Arrigo Sacchi, un estratega de la defensa, han sido fieles ejecutores de las ideas de Tzu.

De los entrenadores de estos tiempos uno de los que mejor suele transferir a los terrenos de juego dichas ideas es José Mourinho, un estratega que interpreta el fútbol como una confrontación en la que va de partido en partido materializando batallas disímiles de acuerdo a las características del adversario, muchas veces aplicando también ciertas doctrinas maquiavélicas que solo buscan el resultado deseado sin importar el trayecto o el qué dirán.

Ignoro si Walid Regragui, entrenador de la selección marroquí, es lector de ‘El Arte de la guerra’ pero su manera de interpretar el fútbol, de preparar y ejecutar cada partido nos dice que es un estudioso profundo de las estrategias futbolísticas de las selecciones contrarias para enfrentarlas con tácticas adecuadas. Retoca piezas y modifica algunas ideas, pero jamás renuncia a la realidad que le dice que siempre parte desde la inferioridad. Sí, esa supuesta inferioridad que muchas veces el fútbol se encarga de desvanecer, sin importar trayectoria, historia o estrellas de turno.

Desde esa relativa inferioridad Marruecos ha construido el muro defensivo más sólido del Mundial (solo un gol permitido en los cinco partidos, y fue un autogol) sin renunciar al juego ofensivo, al ir y venir en donde también han mostrado una preparación física envidiable, con un centro del campo incombustible, inteligente y esclavo de un guión que gobierna Amrabat con sus dos peones Anahi y Amallah. Amantes del pase largo de más de 40 metros para evadir confrontaciones improductivas y cansinas en el medio del campo, esperando el momento preciso o el descoloque inesperado del contrario. Así llegó el gol En-Nesyri, tras una pérdida de balón portugués, llegaron pases rasantes que atravesaron el medio del campo de un extremo a otro para culminar con el lapidario centro que encontró la cabeza del delantero marroquí en la desesperada y estéril salida de Diogo Costa que no pudo evitar el gol de la sepultura de un Portugal que jamás renunció, recurriendo a Cristiano, al juego por las bandas para lanzar centros que encontraran cabezas en las alturas, a los disparos de media distancia de Bruno y a una posesión de balón casi absoluta en los últimos 15 minutos, jugando los marroquíes con uno menos tras la roja que expulsó a Cheddira y que los obligó a aferrarse a ser gregarios de la portería de Bono, conformándose, porque las circunstancias así lo dictaban, con rechazar balones distantes que consumieran el tiempo.

Marruecos está recorriendo caminos nunca antes conocidos por selecciones africanas en las Copas del Mundo, borrando un triste y largo periodo gris en el que el fútbol africano fue señalado como muy físico y poco técnico.

El fútbol, en su constante evolución, muchas veces nos deja este tipo de episodios para el recuerdo y el convencimiento que nos dice, por enésima vez, que nunca un partido, así como la misma guerra, se ha ganado en la víspera. (Fin)

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