
Era imposible continuar con los premios de fin de temporada sin abordar el que reconoce a los héroes anónimos del pelotón, los esforzados gregarios. Esos que se desviven por sus compañeros, ya sea trabajando de cara al viento, llevando botellas o lanzando a sus líderes en una tarea abnegada y subestimada como pocas, vital para el lucimiento del resto.
En ese contexto y aunque todos merecen una valoración, vamos a destacar a uno que, a entender...