Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
La vida del ciclista en carrera es delicada, cualquier adversidad, la más mínima y aparentemente irrelevante, puede derivar en drásticas consecuencias que dificultan aún más la supervivencia en una carrera. Eso le está sucediendo a Pierre Rolland, quien batalla a diario frente a un problema de la salud, que le ha hecho sufrir más de la cuenta en el Tour de Francia.
Desde hace casi una semana, el francés viene padeciendo de molestias estomacales que lo han llevado al punto de ser cuidadoso con lo que consume. Eso, para su infortunio, le ha privado de abastecer su organismo con alimentos básicos que se utilizan en carrera: Geles energéticos, sándwiches, bananos. Ya se imaginarán para dónde va la historia…
El francés está completando cada etapa desde el sábado sin alimentarse en competencia, ¡increíble! Sus únicas reservas energéticas son las del desayuno que según él se acaban tras dos horas de acción.
Describe que tras ese periodo de tiempo, el sufrimiento se agrava y debe luchar contra sí mismo para culminar cada fracción. Apenas normal, cuando para cualquier corredor es esencial seguir comiendo en las etapas, para conservar las calorías y no dejar el estómago vacío, que puede producir mareos y malestar, muy incómodos cuando se practican estas actividades de fondo.
Una micro-historia de lo que padece uno de los desafiantes de la ronda gala y que exhibe lo complejo que es para algunos llegar a París. Son muchas circunstancias que influyen en contra, maximizan el padecimiento, pero que engrandecen a quien es capaz de superarlas y por ese camino va el reconocido Pierre.
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