Ya se sabe el día en que Marc Márquez se subirá, por primera vez, a la Ducati, en la que será, posiblemente, una de las jornadas que genere más expectación de la historia reciente de MotoGP.
Hace una semana se hizo oficial algo que se venía cocinando a fuego lento desde hace mucho tiempo, la ruptura de forma anticipada del contrato entre Honda y Marc Márquez, que inicialmente expiraba a finales de 2024. Sin embargo, por decisión personal del piloto, el ocho veces campeón del mundo no correrá con una RC213V, la única moto que ha pilotado en la clase reina, la próxima temporada, renunciando al último año del contrato económicamente más suculentos de la historia de MotoGP.
Pese a que para Honda la marcha de una figura como la de Márquez es, sin duda, un fuerte golpe, en la casa de Tokio han decidido no guardar luto por su estrella y ponerse a trabajar inmediatamente pensando en el futuro. Marc ha dado mucho a Honda durante todos estos años y lejos de un final traumático, ambas partes se han esforzado en que la separación sea lo más amistosa posible.
Una de las pocas peticiones que le ha hecho Honda a Marc ha sido sugerirle que no hable de su nuevo equipo, o moto, hasta el final de la temporada. Sin embargo, no ha puesto ningún impedimento en que el corredor pueda subirse a su nueva maquinaria en el primer test de pretemporada 2024, que se celebra el martes después del Gran Premio de Valencia, último del año.
Así pues, el 28 de noviembre, dentro de 46 días, Márquez podrá pilotar la Ducati del equipo Gresini con la que competirá la próxima temporada, o al menos la versión que están utilizando este año, la Desmosedici GP22, para irse adaptando a su nueva herramienta de trabajo.
Aunque en los últimos años los fabricantes, normalmente, han sido flexibles en este aspecto, se recuerdan historias de desencuentros importantes, como cuando Honda no dejó a Valentino Rossi subirse a la Yamaha hasta el 1 de enero de 2004, aunque en descarga de los de Tokio, hay que recordar que el italiano anunció que se iba el 10 de noviembre.
Uno de los test más seguidos de los últimos años, sin duda, fue el que protagonizó Jorge Lorenzo cuando dejó Yamaha en 2016 y pudo subirse a la Ducati oficial en el test de Valencia, en noviembre de ese mismo año. En 2018 volvió a ser protagonista el balear, al estrenarse con la Honda, la moto que le llevó, un año después en ese mismo circuito, a retirarse precipitada y definitivamente.
También levantó un enorme interés el test de pretemporada de Cheste de 2010, en el que Casey Stoner debutaba con el equipo Repsol Honda tras dejar Ducati. El australiano no solo pudo probar la moto, sino que además fue el más rápida tras dos jornadas de ensayos.
Márquez, que este jueves estará en la rueda de prensa principal previa al Gran Premio de Indonesia junto a Pecco Bagnaia y Jorge Martín, afronta las últimas seis citas del curso que son, al menos en principio, las últimas con la moto que ha llevado desde 2013, antes de subirse a la Ducati, la moto por la que ha dejado todo atrás con el único objetivo de volver a ganar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario