Pages - Menu

miércoles, 1 de febrero de 2023

Miguel Heredia (La Puya) y José Ramón Pineda (Caballón) ganaron las etapas más importantes en la Vuelta Ciclista Independencia 1993

El capitalino Miguel Heredia (La Puya) un escalador que esprinteaba cuando lo ameritaba.


Por Ramón Martín Olivo.-

 

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Aunque los dos principales equipos nacionales no ganaron la Vuelta Ciclista Independencia Nacional, ya que los venezolanos se llevaron toda la gloria individual y por equipos, los corredores del Lowenbrau y el Distrito Nacional demostraron que sí tiene facultades para afrontar este tipo de pruebas.

Primero lo hizo el capitalino Miguel ---La Puya—Hereia, quien se llevó las palmas en la primera etapa de la justa patriótica, detalle que llamó mucho la atención porque las características de la etapa son propias para rodadores sprinters y él no lo es.

En el intervalo Santo Domingo-La Romana, La Puya Heredia demostró que no es solamente un buen escalador, sino que también tiene cualidades de esprinter cuando la ocasión lo amerita.

El segundo día, La Romana-El Seibo-Hato Mayor-Santo Domingo, fue el cubano-estadounidense Rafael Díaz Granados, quien, con su fornida antropometría, conquistó la primera posición.

La tercera sección, San Cristóbal-Barahona, fue adjudicada por el cubano William Franco.

Ya retornando, el dominicano Ramón Díaz, del team Lowenbrau “A”,  se convirtió en el mejor exponente de la etapa que concluyó en la entrada de Cambita, Garabito, en San Cristóbal. En ese momento,  Heredia vestía la camiseta de líder de la regularidad.

Al día siguiente, los concurrentes de la ronda patriótica se levantaron muy temprano, prestos para asistir a la “Escuela del Sufrimiento”: la agonística etapa Santo Domingo-Jarabacoa, donde además de concluir en el altísimo puerto, se disputaron dos premios de montaña.

Se pensaba que sólo los extranjeros (venezolanos y cubanos) serían los únicos ganadores. Pero no fue así, el dominicano Miguel Heredia volvió a brillar, siendo el primero que llegara a la cima, relegando a su vez al venezolano José Lindarte y al cubano Rodger Bordavere a la segunda y tercera posición, respectivamente.

Heredia fue, a fin de cuentas, el campeón de la regularidad.

El distrital José Ramón Pineda dominaba las pruebas en solitario (contrarreloj) y destacaba en las jornadas montañosas.


El sexto día fue más bien una especie de drama hollywoodense.

En la media etapa que concluyó en Jamao, el capitalino José Ramón –Caballón—Pineda, co-equipier de Heredia, protagonizó junto a dos venezolanos y un cubano, una exasperada escapada que a fin y al cabo, le resultó un agonístico calvario.

Cuando aparentemente pensaba desistir, Pineda, según nos cuenta, recibió las frases incentivadoras del técnico vegano Luis López Suárez, quien “me hizo sacar fuerzas de abajo y pude superar de manera increíble a mis cercanos rivales”.

Ya en la séptima y última etapa, el salcedense Winston González, del Lowenbrau “A”, cerró con broches de oro el certamen independentista .

González superó, en un esprint de película, al vegano César –Toro Bravo—Cruz, del club San Lázaro, y al puertoplateño Víctor Grullón.

El pequeño grupo vanguardista se separó del lote después de cruzar Bonao, sacándole al mismo un tiempo preciado de cuatro minutos y 30 segundos, detalle que favoreció al venezolano Oscar Mendoza y a su equipo.

En otro renglón, como las metas volantes, el veterano Manuel –Júsimo—Hernández, del Lowenbrau “B”, se ubicó en la segunda posición de dicha modalidad a cuatro puntos del líder, el cubano Héctor Ajete.

También estuvo dominando las metas intermedias el prometedor velocista y rodador esprinter , Roosevelt –El Pollo—Marte, quien se conformó con el tercer escalafón.

En cuanto al Pollo Marte debemos señalar que estuvo metido en la pelea en las vueltas Hispaniolas y Santo Domingo (Ruta al Quinto Centenario) donde también vistió en varias ocasiones las camisetas de líder en combatitidad.

En los premios de montañas, Ramón Pineda tuvo la oportunidad de conquistar un trofdo quedando por debajo de los ingravitables Roger Bordavere, de Cuba, y el líder principal Oscar Mendoza, de Venezuela.

Con respecto al Mejor Novato fue el novel John Rafael Vásquez, del Lowenbrau “B”, quien se llevó el más grande de los premios destinados a dicho renglón.

En conclusión, la Vuelta Independencia Nacional, a pesar de no haber tenido todo el apoyo económico suficiente, fue exitosa a nivel competitivo, ya que pudimos ubicar a varios de nuestros mejores exponentes en los principales renglones de tan importante acontecimiento ciclístico. (Suplemento Deportes El Nacional, 7 de Marzo de 1993).

No hay comentarios:

Publicar un comentario