Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
¿Cómo reinsertar a un ciclista que viene de un largo parón y que a la mínima dificultad puede sufrir un bajón mental? De momento, Jumbo-Visma tiene una respuesta acertada. Sin conocer todos los detalles implicados, ya es de conocimiento público que darle independencia a ese deportista, influye altamente para que recupere la felicidad. O al menos, así acontece con Tom Dumoulin, que con la libertad de jugar con su plan de trabajo, saborea las mieles más dulces de estar en la profesionalidad de un deporte exigente.
La explicación fue brindada por Merijn Zeeman, director deportivo del elenco neerlandés, quien ha notado cómo al darle un amplio espacio de toma de decisiones a su pupilo, este ha hallado una forma de divertirse con el ciclismo. “Se ha dado la señal de que le gusta el ciclismo y que quiere hacer un programa después de Tokio”, dijo al portal Cyclingnews.
“Ese es el primer paso. Luego escucharemos sus ideas y las ambiciones que tiene. Ha estado por los suelos y lo más importante es que no vuelva a hacerlo. Nos adaptamos en equipo a sus ambiciones y hay múltiples opciones. Podemos ir en cualquier dirección, pero lo único es que él esté contento con lo que está haciendo”, explicó, dando a entender que es el corredor, el que tiene la palabra final sobre el programa competitivo, pues al elegir por vía propia, encuentra carreras en las que considera que puede brillar y esencialmente, ser feliz.
Justamente procede a argumentar ese punto de tal manera. “Esa es la clave para encontrar el mejor programa posible y que se ajuste a él. Lo más importante es que combina la felicidad con ser un atleta. Así es como intentamos y trabajamos con todos nuestros ciclistas”, añadiendo que el vencedor de la edición centenario del Giro d’Italia “aprendió un revés muy importante”.
Dentro de ese cronograma, no está la Vuelta a España, elección tomada conjuntamente por ambas partes, al ser una competencia que traería grandes focos de presión, innecesarios para esta fase de reintegración al ejercicio. No obstante, sí se encuentran los Campeonatos Mundiales que se desarrollarán en Bélgica, donde sobre todo, la prueba de contrarreloj será de gran atracción para ‘Dumo’.
“Los buenos gerentes aprenden todos los días y yo aprendí mucho de este caso”, confesó Zeeman, quien a lo largo de su trayectoria ha comprendido que no se debe trabajar con todos bajo un mismo método, todos son diferentes.
“Cada atleta es diferente y si quieres lo mejor de su potencial, entonces debes mirar a cada ciclista de manera diferente. Ese es el núcleo de nuestra forma de trabajar, hacemos del atleta el centro de todo”, enfatizó.
“Hemos aprendido eso y Tom es una prueba de que creamos atletas independientes que toman sus propias decisiones. Si son jóvenes, debes dejar que sean dueños de su propio desarrollo. Y con Tom le permitimos dar un paso atrás y explorar su programa. Por eso es realmente su éxito, esta medalla de plata. Hemos estado detrás de él, pero Tom realmente tomó las cosas en sus propias manos y es un gran cumplido para él”, concluyó el trabajador del Jumbo, que acertadamente otorga el mérito real a Dumoulin y su equipo, pues al entregarle la autonomía que desea, despeja su mente y escoge las vías más idóneas para seguir dando resultados -como todo deportista-, pero principalmente, para disfrutar de la profesión que ejerce.
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