Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Wout van Aert (TJV) se quedó con la victoria en la 11° etapa del Tour de Francia 2021, sobre un trayecto montañoso que incluía un doble paso por el Mont Ventoux, amalgamado en 199 kilómetros entre Sorgues y Malaucène.
El belga regaló una exhibición fenomenal consumiendo en solitario las rampas del legendario ascenso pirenaico. Entre los favoritos hubo batalla y la gran sorpresa fue que por primera vez el líder Pogacar no se mostró fuerte, cediendo cuesta arriba frente a Jonas Vingegaard, aunque al final logró reconectar bajando.
En una apertura nuevamente intensa, se logró filtrar un grupo de 16 ciclistas en cabeza. El liderazgo de dicha conformación corrió a cargo de un combativo Julian Alaphilippe (DQT), a quien se le sumarían Wout van Aert (TJV), Nils Politt (BOH), Pierre Rolland (BBK), Bauke Mollema (TFS), Luke Durbridge (BEX), Xandro Meurisse (AFC), Vegard Stake Laengen (UAD), Greg Van Avermaet (ACT), Dan Martin (ISN), Anthony Pérez (COF), Kenny Elissonde (TFS), Quentin Pacher (BBK), Kristian Sbaragli (AFC), Pierre-Luc Périchon (COF) y Julien Bernard (TFS).
Lógicamente fue construido después de múltiples intentos, en los que otros destacados como Steven Kruijswijk (TJV), Wout Poels (TBV), Vincenzo Nibali (TFS) y Nairo Quintana (ARK) también entregaron su esfuerzo para pertenecer a la escapada, ejecutando sus movidas sin éxito. Para el colombiano, una situación negativa al ser un parcial determinante en su lucha por la montaña. La no suma de puntos y la llegada de nuevos adversarios le complicará su aspiración de las pepas rojas.
En el pelotón, las noticias serían sorpresivas e inexplicables. En lugar de tirarle la pelota al cuadro del líder, UAE-Team Emirates, era el INEOS Grenadiers el que tomaba las riendas de control. Sí, era sólo administración. Nada de paso intenso, demolición o aplicación de tácticas agresivas. Era un método para desgastar a sus corredores, generar ahorro a los enemigos deportivos y casi que haciendo el ridículo. Poco apropiado para un conjunto de tal caché.
Entrados en gastos, las predicciones apuntaban a la alta influencia del doble paso por el Ventoux con dos facetas distintas, una para seleccionar, otra para moverse. En el primer ascenso de ellos, se cumplió la presunción (en la fuga). Alaphilippe, adhiriéndose al papel de patrón, aceleró con más de 13 km para la cima, reduciendo las unidades en la punta. Sólo Van Aert, Pérez, Durbridge, Bernard, Elissonde y Meurisse contestaban a la propuesta. Se rezagaban a 1′ Rolland y Mollema. Sólo el neerlandés sería capaz de reinsertarse en el primer colectivo, el francés, no tenía el combustible para esa faena.
Los aconteceres en el paquete principal eran nulamente novedosos. Lo mismo de antes del encadenado. Tiraba INEOS con Geraint Thomas, UAE tranquilamente a rueda protegiendo a Pogacar y muchos de los ruteros aguantando sin mayor dificultad. No se achicaba el tamaño drásticamente, era un pelotón bastante grande a esas alturas de carrera. La única víctima de relevancia era David Gaudu (GFC), que en un día de pésimas sensaciones se descolgaba para decir adiós a sus aspiraciones generales. Por supuesto, la diferencia no se acortaba, seguían siendo 5′ para una fuga con altas posibilidades de amarrar la victoria.
A pie de la última escalada a la ‘montaña pelada’ -por su cara tradicional- Trek-Segrafredo hacía uso de su superioridad numérica con una maniobra audaz. Impusieron un ritmo alto previamente con Bernard, que sirvió para eliminar a Pérez y una vez en las primeras rampas enviaban adelante a Elissonde, para que así su principal ficha, Mollema, rodara cómodamente con sus contrincantes, sin la necesidad de dar relevos al tener a su compañero en cabeza.
De todos modos, ningún plan es perfecto y el de los americanos tenía su bache, no por el diseño, sino por la condición de Bauke, que era incapaz de saltar a rueda de Wout van Aert, proponedor de un cambio de ritmo que rompía la armonía en el grupo de perseguidores. El campeón belga de ruta daba alcance a Elissonde y se apuntaba a una exhibición, intentando triunfar en uno de los míticos puertos galos con su moldaje de rodador.
Prontamente el polifacético pedalista del Jumbo-Visma se deshacía de Kenny y se acercaba a completar una magnífica hazaña. Mollema, realizaba lo propio con Alaphilippe y se veía en la obligación de cazar a Wout como diera lugar, pues sería increíble que desaprovechara el trabajo de su escuadra que apostó al 100% por él.
La labor inglesa en el grupo de los galácticos por fin rendía frutos. Con un ritmo más trepidante, uno acorde a una contundente selección, iban machacando a rivales directos por el podio. Ben O’Connor (ACT), 2º de la general, cedía a 9000 metros de la cumbre, entregando prácticamente sus opciones de sobresalir en la lucha por los cajones de honor.
La demolición hacía sus efectos también en Guillaume Martin (COF) y Enric Mas (MOV). Una vez culminada la aparición del cotizado tren británico, no fue su jefe Richard Carapaz el que prosiguió con el ataque, sino Jonas Vingegaard (TJV) a quien respondía con aparente solvencia el líder Pogacar. Los latinoamericanos Richard y Rigoberto, se unían unos metros atrás para controlar el hueco con ese adversario directo para el podio.
Pero esta competencia posee un toque mágico, que nos otorga los contextos más inesperados. Esta vez, era el más impensado de todos, ¡Pogacar mostraba debilidad! Y más sorprendente todavía, era el danés el que destapaba esa flaqueza. La distancia de 40″ mostraba la fortaleza de Jonás y lo apretado que iba Tadej, a quien lo cogerían los sudamericanos en coronando el Ventoux.
Cuesta abajo, los defectos técnicos de Vingegaard le cortarían las alas y facilitarían el acercamiento del trío de lujo que marchaba en su caza. Un poco más atrás Kelderman y Lutsenko también arriesgaban al máximo para tener pérdidas mínimas frente a los ocupantes de los puestos altos de la general. Mas, afrontaba un día compleja y tenía garantizado un golpe importante en sus opciones de podio.
Van Aert descendió con solvencia y aunque en cierto momento temió por ser frenado para colaborarle a su jefe de filas, tuvo el coraje para mantenerse adelante y mostrar argumento para imponerse en una etapa de alta exigencia. Alzó los brazos y lució la bandera belga en su maillot para demostrar que está capacitado para sobresalir en cualquier terreno. Impresionante, Wout.
Pogacar, Urán y Carapaz enlazaron con Vingegaard y arribaron juntos a meta, sentando el precedente de que son ellos cuatro, los señalados a disputarse entre sí las casillas de podio. Eso sí, con un ingrediente adicional y es que el esloveno no es imbatible, y que con más agresividad se le puede pescar una escasez de fuerza. Hay carrera.
Mañana se llevará a cabo la 12° jornada del Tour de Francia 2021, diseñada sobre 159.4 kilómetros entre Saint-Paul-Trois-Châteaux y Nimes, en un presumible arribo al sprint.
Clasificaciones etapa 11:
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