Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Primoz Roglič (Eslovenia) se consagró como el nuevo campeón olímpico de contrarreloj tras superar con éxito los 44.2 kilómetros dibujados en el Fuji International Speedway. El esloveno se exhibió con una clara superioridad sobre otros especialistas y se resarció por todo lo alto tras el duro golpe que supuso su abandono del pasado Tour de Francia.
Hugo Houle tomó el liderato inicial de la prueba frenando el cronómetro en 57’56”. Un referencial muy trabajado, pero que lógicamente no estaba para el asalto de una medalla. Tuvo que presenciar el canadiense la primera contienda intensa de este ejercicio: Remco Evenepoel vs Rigoberto Urán. Entre belga y colombiano se apretaron bastante bajo la ejecución de una misma estrategia, ir de menos a más. Fueron igualándose en los puntos de control, pero el avance de la prueba fue decantando una ligera ventaja para el sudamericano, que en meta desbancó a Houle con 57’19”, y 2″ de margen sobre la joya belga.
El antioqueño se puso al comando del ejercicio a la espera de la salida de la última tanda que ostentaba a los grandes especialistas, que derrocarían su casilla. Saliendo de la rampa Tom Dumoulin, Filippo Ganna, Wout van Aert, Stefan Kung o Rémi Cavagna, se empezaban a poner a prueba y otorgaban unas primeras sensaciones que lógicamente podían tener gran variación al tratarse de un trazado largo. Esos compases iniciales dictaban igualdad entre Ganna y Roglič, estando no tan lejos Dumoulin.
No obstante, al cumplir con la primera de dos vueltas al circuito, el panorama se empezó a esclarecer y entregaba varias sorpresas. La primera, un clarísimo liderazgo de Roglič por encima del resto, y la otra que abría una seria posibilidad de que tanto Ganna como Van Aert se fueran de la cita sin alguna medalla. Todo un batacazo, si se tiene en cuenta que ellos eran los dos grandes favoritos para hacerse con el oro.
Los repechos de Shibanta y Pit Lane daban ratificación a las magistrales prestaciones de Primoz, mientras que del otro lado, generaban más incertidumbres sobre las otras dos preseas, pues se hallaban muy igualados en tiempo Dumoulin, Ganna, Dennis y Kung. Con un contexto tan cambiante, cualquiera de los cuatro ostentaba iguales chances de adquirir ese premio.
Los arrestos suficientes para arribar a meta en el autódromo con potencia, correspondieron a Tom y Rohan, quienes dejaron sin botín a suizo e italiano, con una diferencia corta, eso sí, pues Stefan estuvo a centésimas de desplazar al australiano.
Por su parte, Roglic se adjudicaba el éxito con superioridad, derrotando por 1’01” a su compañero de equipo neerlandés. Una muestra más de su admirable capacidad de recuperación ante mazazos de dureza, como el de retirarse de la ronda gala siendo el llamado a pelear frente al imperio de Pogačar. Siempre vuelve más fuerte y recibe una grata e invaluable recompensa al arduo trabajo por superarse todo el tiempo, física y mentalmente. Chapó.
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