Por Alejandro Matiz.-
Ciclismo Internacional.-
Aparte del nombre de Julian Alaphilippe, el otro que retumbaba hasta con más intensidad en este inicio de Tour, era el de Mathieu van der Poel. No sólo por su extraordinaria condición física, también por la influencia sentimental que suponía poder portar la camiseta amarilla en homenaje a su fallecido abuelo, Raymond Pullidor. Sin embargo, lo primero no apareció e hizo imposible el sueño de estrenarse por lo grande en la ronda francesa.
Las peligrosas caídas que protagonizaron este primer día, no lo afectaron significativamente, un suceso favorable para él.
“Creo que debería tomar eso como un punto positivo, que llegué a la meta sin grandes daños. Como era de esperar, fue agitado, me alegro de haberme librado de la mala suerte”, expresó Mathieu quien cerró el colectivo que arribó a ocho segundos de Alaphilippe.
“Era de esperar que Julián atacara en la parte empinada, pero no tuve respuesta en ese momento”, reveló a su vez la estrella neerlandesa, que confesó no ir del todo bien para pelear por el éxito parcial. “Hoy no tenía las piernas. Intenté de todos modos. Conecté con Pogacar y Roglic en un momento, pero no llegué más lejos”.
Mañana Van der Poel tendrá otra oportunidad en el Mûr-de-Bretagne. No obstante, se baja del favoritismo máximo tomando como referencia la forma fantástica del campeón del mundo a quien ubica como el candidato principal para ganar en la segunda fracción: “Si ves cómo Alaphilippe voló hoy, mañana volverá a ser el favorito”, sentenció el pedalista de 26 años, del cual habrá una fuerte expectativa para mañana, liderando un espectáculo notorio justificado en su búsqueda del liderato general.
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