ASTURÍAS, España.- La primera de las dos etapas asturianas de la Vuelta a España 2015 subirá el 6 de septiembre a Sotres, en el concejo de Cabrales, en pleno corazón de los Picos de Europa, durante la décima quinta etapa, que partirá de Comillas y cubrirá 175 kilómetros, aunque sin otras grandes dificultades montañosas.
“Es un puerto muy guapo, de corte clásico, propicio para escaladores, aunque no marcará muchas diferencias”, explicó Chechu Rubiera en la zona que llaman de las cabañas, donde está prevista la ubicación de la meta.
Aída Nuño, ciclista del Lointek, y Rubén Menéndez e Israel Nuño, del team dominico-español Inteja-MMR, coinciden en las conclusiones tras supervisar sus rampas: “Puede llegar una escapada, porque el recorrido previo carece de dureza”.
(El team Inteja-MMR es auspiciado por la empresa constructora dominicana Ingenieros Tejada & Asociados y por la marca de bicicleta española MMR.)
Rubén Menéndez desglosa así los cerca de 13 kilómetros de ascensión: “El primer tramo es constante (4 kilómetros en torno al 9%), pero hay una parte de descanso (unos 6 km. al 6%) que impedirá que aquellos que han arrancado al principio no puedan irse, porque es buen terreno para cazar.
La parte dura de verdad comienza en la curva antes del pueblo de Sotres (3 km. al 12% con rampas que llegan al 20%), ahí es donde habrá lucha entre los favoritos, entre gente del perfil de Valverde, Purito o Nairo Quintana, aunque no creo que se saquen más de 40 segundos”.
Aída Nuño, cuádruple campeona de España de ciclocross, asiente con la cabeza: “Los favoritos se van a guardar hasta los dos últimos kilómetros para jugarse la general”.
Y también Israel Nuño: “A mitad de puerto hay unos descansos que no permiten que llegues a ningún sitio si atacas desde abajo”.
Rubiera coincide en el diagnóstico, aunque apunta otros factores: “Como no hay puertos duros anteriores, existen muchas posibilidades de que triunfe una fuga, igual que ha ocurrido otras veces en los Lagos de Covadonga con Jalabert o con Barredo. Como no habrá desgaste, los favoritos llegarán muy enteros y no se la jugarán hasta los dos kilómetros finales, que es donde hay rampas duras. Como es domingo, seguro que vendrá mucha gente a ver la etapa. Si sale un buen día, va a ser un gran espectáculo por el paisaje y por el ambiente. Un mérito de la Vuelta es ese, que nos enseña sitios encantadores”.
Al día siguiente, el 7 de septiembre, en vísperas de la festividad del Principado, habrá otra etapa asturiana con final en la Ermita de Alba, que ya inspeccionaron el miércoles estos cuatro mismos corredores.
“Ahí sí se irá acumulando la fatiga y el cansancio con un recorrido muy duro y puertos como el Tenebredo, el Cordal, la Cobertoria… Asturias ha sido muchas veces decisiva en la Vuelta y puede volver a serlo”, concluye Rubiera.
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