RAUL A. ROLANDO: "Miguel Indurain, un corredor que levantó pasiones"

Por Raúl Alejandro Rolando.-

Tengo 40 años. No es una edad para alarmarse, aunque alguno dirá que soy melancólico o nostálgico. Y sí, puede ser. Desde hace un tiempo el pasado se me volvió refugio, un lugar al que volver cuando el presente se siente intrascendente, falto de emoción. Como dice el tango: “¿qué importa el después?, toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado”. Y a veces siento que es exactamente así..

Y en ese ayer aparece Miguel Indurain. Para mí, mucho más que un corredor. Sin entrar en polémicas, fue —como otros grandes— alguien que despertó pasiones profundas. Salvando las distancias, como Maradona: vidas distintas, misma capacidad de emocionar. Incluso a contramano de aquella frase de Perico Delgado, cuando decía que Miguel le había quitado emoción al ciclismo, que “te podías ir tranquilo al servicio porque nada iba a cambiar”. Justamente ahí estaba la emoción.

Soy argentino. Tenía cinco o seis años cuando Miguel ganó su primer Tour. Y desde entonces, cada gesta se festejaba en casa: los cinco Tours, la Vuelta perdida con Mauri, el Mundial de Colombia, el récord de la hora, el último vals en Atlanta 96, sus bicicletas —Pinarello, Razesa, TVT, las que le diseñó Dario Pegoretti, la Espada—. Siempre Miguel. Siempre.

Tal vez sea nostalgia. Pero Miguel me acompañó toda la vida y siempre vuelvo a él. Y siempre va a ser así. Aunque aparezcan ciclistas con palmarés más grandes, para mí siempre será Miguel. Porque más allá de los números, generó emociones. Y eso no se mide.

A continuación en los comentarios dejo todos mis posts en este grupo, por si alguno no los vio. Que tengan buenas noches.