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martes, 23 de diciembre de 2025

RAÚL BRETÓN: El adiós de "El Glorioso"



Por Raúl Bretón.-
Cronista y narrador deportivo.-

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Siempre he estado en las antípodas del liceismo. Eso jamás puede abrirle paso a una mezquindad que niegue la realidad histórica del equipo más exitoso de nuestro país y el Caribe.

Sí, sin el Licey el "round robin" es ‘un laberinto sin luz ni vino tinto’. Lo saben los equipos clasificados que vivirán el largo periodo de ronda semifinal echando de menos a los fervientes fanáticos azules en los estadios, porque con el Licey no existen términos medios: o lo amas o lo odias. Blanco o negro, jamás gris. Ahí es donde habita la grandeza de los equipos grandes sin importar el deporte.

"El Glorioso" le dijo adiós al campeonato en la penúltima jornada del calendario regular de 50 partidos. Larga agonía que avisaba un triste final por el inconsistente desempeño de un equipo que nunca dio con la tecla para desarrollar una química ganadora. Culpables siempre existen. Desde el gerente Audo Vicente hasta los jugadores. No voy a incluir al dirigente Gilbert Gómez porque él siempre trató de sacar lo mejor de los jugadores que las oficinas azules le colocaban en la lista de disponibles. Equipo mal estructurado.




Hasta hace poco leí que los Tigres era el equipo que menos carreras producía, el de menor cantidad de imparables, el último en bateo colectivo, el que menos bases alcanzaba, el que recibía más ponches, y el que menos cuadrangulares conectaba.

Aunque tengas un pitcheo estable, esto se trata de quien más vueltas complete en el diamante. Imposible igualar así la temporada pasada en la que el Licey estuvo a pulgadas de obtener su corona 25. Se pasa del cielo al infierno en muy poco tiempo.

Así es este béisbol cambiante por sus propias características, en donde hay que tomar decisiones tan dolorosas como necesarias y decirle a unos y otros jugadores que su tiempo de vida útil y fructífera ha quedado atrás, porque esto es una industria, es decir, un negocio, y cuando ya no eres pieza importante, es mejor apartar caminos. De nostalgia no se vive en la pelota. Siempre habrá un octubre.



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