VENARIA REALE (Turín), Italia.- La 107ª edición del Giro de Italia -que arrancará este sábado 4 desde Venaria Reale (Turín) y finalizará en Roma el domingo 26- presenta un recorrido de 3.386,7 km, con dos etapas contrarreloj -para un total de 71,8 km-, seis llegadas en alto (Oropa, Prati di Tivo, Cusano Mutri, Livigno, Monte Pana y Passo Brocon) y 12 km de sterrato en la 6ª etapa, camino de Rapolano Terme.
En su conjunto la corsa rosa de este año será algo menos montañoso que en las pasadas ediciones (pese a lo cual presenta 44.550 metros de desnivel), con la mayor dureza concentrada como es habitual, en la semana final. Llama la atención que salvo el Stelvio, y muy lejos de la llegada, y el Mortirolo, rescatado a última hora y por su vertiente más asequible, no se han incluido puertos de los que cimentaron la leyenda de la Corsa Rosa. Siempre quedará la duda de cuánto ha influido en este diseño la presencia estelar de Tadej Pogacar, a quien la organización sedujo con la atractiva idea de buscar el doblete Giro-Tour que nadie ha conseguido en más de un cuarto de siglo.
Por su parte los 71,8 kilómetros contrarreloj se antojan decisivos en la lucha por la maglia rosa. Llegarán en la 7ª etapa (Foligno-Perugia, de 40,6 km, con los seis últimos en subida para llegar al centro histórico) y en la 14ª (Castiglione delle Stiviere-Desenzano del Garda, de 31,2 km llanos).
El de este año será un Giro de Italia con ligeras variaciones respecto al anterior, pues, aunque tenga menor desnivel arrancará mucho más fuerte que en años anteriores, según desveló el director de la prueba Mauro Vegni: "Este año hemos diseñado un Giro un poco diferente del año pasado. Las dos primeras semanas serán duras. El miedo de la última semana en las anteriores ediciones hacía que las dos primeras semanas fueran menos atractivas. Hemos intentado acabar con esto y equilibrar".
Con Turín como epicentro, el Piemonte acogerá las tres etapas de la Grande Partenza. La primera será el recorrido entre Venaria Reale y Turín, de 140 kilómetros, con el ascenso de tercera a Superga y el de segunda al alto de la Maddalena, con la cima a 22 de meta. El principal atractivo de las jornadas iniciales será el final en el Santuario de Oropa de la segunda, donde Indurain, Ugrumov y Pantani escribieron recordadas páginas en la historia de nuestro deporte.
La organización califica cuatro etapas como 5 estrellas por su dureza y trascendencia. La primera es la 8ª etapa, entre Spoleto y Prati di Tivo, con final en este puerto en la región de los Abruzos, de 14,6 km al 7% de media, y las subidas previas a Forca Capistrello y Croce Abbio. La segunda, la 15ª entre Manerba del Garda y Livigno, llegará el domingo 19 antes de la última jornada de descanso. Es el tappone de este Giro con 220 km y 5.300 metros de desnivel con Lodrino, Colle San Zeno, Mortirolo, Passo di Foscagno -estos dos sustituyen a los previstos Aprica y Forcola di Livigno- y la meta en Mottolino, en Livigno, 4,7 km al 7,6% con rampas de hasta el 19% y la cima a 2.385 metros de altitud.
La 16ª, una 4 estrellas desde Livigno al Monte Pana, albergará la Cima Coppi, el temible Stelvio -20,2 kilómetros al 7,2%- con sus 2.758 metros, que sin embargo está situado muy lejos de meta. En la parte final se encadenan el Passo di Pinei -23,3 km al 4,7%- y el Monte Pana -6,5 km al 6,1%-. La tercera 5 estrellas, la 17ª (Selva di Val Gardena-Passo Brocon, es un serrucho que en 159 kilómetros atraviesa el encadenado Passo Sella, Passo Rolle y el Passo del Brocon por dos vertientes, la ascensión final de 11,9 km al 6,5%.
Con el previo de una 3 estrellas con más miga de lo que parece, la 19ª entre Mortegliano y Sappada, la traca final llegará con la 20ª, 183 km con 4.250 m de desnivel entre Alpago y Bassano del Grappa. Pese a no acabar en alto incluye una doble pasada por el durísimo Monte Grappa, nada menos que 18,1 km al 8,1% con rampas del 17%. Una trampa que puede dar un vuelco a la clasificación general antes del epílogo por las calles de Roma, con el Coliseo de fondo.
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