Por Ramona del Carmen Alvarado.-
Gracias a Dios, tengo una hija verdaderamente PROFESIONAL. Ella esperó hasta que la luz se pusiera verde como está en el reglamento, mientras la gran mayoría de las corredoras salieron disparadas y a toda máquina con la luz roja, y ninguno de los jueces hizo un gesto por detener la carrera, a pesar de que reclamamos nuestro derecho que por ley nos tocaba, sabiendo ellos que es algo injusto y que está en el reglamento.
Ceylin, una vez más, nos mostraste a todos lo que es ser profesional de verdad, sigue así . La boca que habla verdad, no queda sucia, pero si la conciencia de quienes la callan. ¡Odio las injusticias!
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