Por Hitazo.-
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Un 4 de enero, hace 103 años, se anunció que Harry Frazee, dueño de los Medias Rojas de Boston, había vendido a Babe Ruth a los Yanquis de Nueva York. Ha habido eventos importantes en la historia del beisbol, pero ninguno como éste.
El pacto fue completado días antes, pero el 5 de enero de 1920, la llegada de Ruth a los Yanquis acaparó los titulares. Nadie sabía, ni siquiera en Boston o en Nueva York, el peso del canje para entonces, en un momento en el que el beisbol se estaba comenzando a convertir en el pasatiempo nacional. Todo, gracias un hombre que se transformó en la estrella más importante en la historia del juego.
Años después, los Yanquis se mudaron al Yankee Stadium, recinto conocido para siempre como la “casa que construyó Ruth”. Durante los siguientes 15 años, los Yanquis ganarían siete banderines consecutivos de la Liga Americana y cuatro títulos de Serie Mundial. Aunque no ganaron el campeonato todos los años, así parecía.
Había otras estrellas en esos conjuntos de los Yanquis, cuyo lineup era conocido como la “Fila de Asesinos”. Pero Ruth -- Babe, el Sultán, el Bambino -- se elevó por encima del deporte, especialmente en la década de 1920, que sería conocida luego como la “Era de Dorada de los deportes estadounidenses”.
Ruth se convertiría luego en el primer hombre en la historia del beisbol en empalmar 60 jonrones en una temporada, un número mágico que fue intocable hasta 1961, cuando Roger Maris (en una campaña de 162 partidos) dio 61. Ruth se retiró con 714 bambinazos, una marca que rompió Hank Aaron cuando disparó su número 715 en 1974. Hay muchos números legendarios asociados a lo hecho por Ruth, que hablan de lo que hizo en el deporte mientras nadie más lo hacía. Aquí hay uno:
Cuando Ruth se retiró en 1935 con 714 cuadrangulares, su más cercano perseguidor era Lou Gehrig, con 378. Sólo dos hombres más habían empalmado al menos 300: Jimmie Fox y Rogers Hornsby. Eso significa que Ruth estaba casi 400 cañonazos por encima del resto. Puede haber argumentos, incluso casi tres cuartos de siglo después de su muerte en 1948, de que no sólo fue el mejor jugador de todos los tiempos, sino que fue un gigante de un tamaño nunca visto en cualquier deporte.
Ruth fue el primer jugador en conectar 30 cuadrangulares en una temporada, y 40, 50 y 60. El año previo a su llegada a la Gran Manzana, había impuesto el récord con 29. Luego dio 54 en su primera campaña con los Yanquis -- más que cualquier otro equipo de la Liga Americana en aquella campaña.
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