Por Andrés Fonseca.-
Ciclismo Internacional.-
La doble escalada al Mont Ventoux hizo de las suyas. Las rampas del majestuoso puerto conocido popularmente con el nombre del “Gigante de Provenza” fue inclemente con el pelotón, dejando siete abandonos, algunos víctimas de caídas y otros de agotamiento. Luke Rowe, del INEOS, fue el único que llegó fuera de control.
La undécima etapa del Tour de Francia, de 198,9 kilómetros entre Sorgues y Malaucène, arrancaba con 164 pedalistas, que salían con la intención de medir sus fuerzas ante una de las montañas más temidas y difíciles de la ronda gala.
Justo después de la salida se conocía el retiro de Clement Russo, corredor del Arkéa-Samsic, y quien protegía del viento a Nairo. Un poco más adelante, el escalador colombiano perdía a otro gregario, Daniel McLay, no podía continuar. Sin duda, una jornada muy dura para el equipo francés, que tan solo se mantiene con cinco ciclistas en competencia.
Posteriormente, Tony Martin (Jumbo Visma), cuatro veces campeón del Mundo contrarreloj, se vio obligado a retirarse tras sufrir una aparatosa caída. El pedalista alemán se cayó en una cuneta en el kilómetro 25 de carrera, sufriendo varias heridas que le obligaron a abandonar en ambulancia.
A estos retiros se le sumaron el de Miles Scotson (Groupama-FDJ), Tiesj Benoot (Team DSM), Tosh Van der Sande (Lotto Soudal) y Victor Campenaerts (Team Qhubeka NextHash).
Uno de los que tuvo suerte fue Soren Kragh Andersen (DSM), quien se salvó de entrar fuera de control por tres segundos. El corredor danés llegó a la meta a 47:36″de Wout van Aert, salvando así su participación en la Grande Boucle.
Para el sprinter Nacer Bouhanni, la etapa también fue un auténtico martirio. El francés se quedó en las primeras rampas de los puertos y sufrió en la última ascensión para entrar en meta a 43:25″.
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