Por Alberto Rodríguez.-
Toda la estructura que compone el deporte en nuestro país debe revisarse urgentemente.
Cuando una atleta olímpica como Beatriz Pirón dice que no puede ni costearse su alimentación, tenemos que revisarnos.
Pirón quedó cuarta en Río 2016. Cuando llegó al país nadie fue a recibirla. Pero peor que eso es saber que Beatriz no puede ni trasladarse con tranquilidad de un lugar a otro, porque no posee automóvil.
Hablamos de que esta mujer nativa de la Sultana del Este, de un país pobre de diez millones de habitantes es la cuarta mejor del mundo en su peso.
Entiendo que la cúpula del Olimpismo y el Ministerio de Deportes debe analizar con pinzas el deporte nacional, no por no tener medallas en Río, no, me refiero al trato a los atletas de alto rendimiento.
Me pregunto qué hace Gabriel Mercedes dando charlas en el extranjero, cuando la federación de taekwondo debiera tenerlo como asesor de los atletas de ese deporte que están en Río. Gabriel fue plata olímpica, para muchos debió ser oro.
También me cuestiono, por qué Wanda Rijo no acompaña a Yuderkis y a Beatriz, quien mejor que ella para orientarlas, asesorarlas y transmitir sus experiencias en estos juegos.
En el judo, Wander Mateo hace un papel decoroso y quien lo recibe en el aeropuerto es un ex atleta de judo, Vicbart Geraldino.
Por qué Geraldino no es asesor de la federación? por qué en otros países los grandes atletas transmiten sus experiencias a los demás, aquí no es así, qué pena.
Finalizo estas líneas con el caso de César Henderson, ex medallista dominicano, pero labora con el fuerte equipo de clavado de Canadá.
Henderson fue medallista en Juegos Centroamericanos y asistió a Los Ángeles en 1984 con el equipo dominicano, sin embargo asesora una potencia en clavado como lo es Canadá.
Nos falta visión, recursos y relaciones humanas con los atletas.
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