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jueves, 30 de junio de 2016

Mikel Landa, el esperado; está llamado a heredar la carga de Alberto Contador, Purito Jiménez o Alejandro Valverde


Por Carlos Arribas.-

M. DI CAMPIGLIO, Italia.- Contador está serio, Aru sonríe y Landa duerme. Pinzolo. Madonna di Camiglio. Día de descanso del Giro. Entre las dos y las cuatro de la tarde.

Contador tiene el Giro ganado; Aru está feliz con ser segundo; a Landa se le espera.

“Es el hombre del futuro del ciclismo español, pero que nadie se acelere. El ciclismo es como la universidad. Uno puede ser el alumno más brillante del mundo, pero debe ir siempre curso a curso”, dice de Mikel Landa, su alumno aventajado, Giuseppe Martinelli, el director de Astana, quien ha decidido que el día de descanso solo participe Fabio Aru, su líder sardo, en la conferencia de prensa del equipo.

“No es porque temamos que le va a hacer sombra al líder (en Italia circula la especie de que Landa, más fuerte, acabará por delante de Aru en la general: el alavés lo niega.

“Lo daré todo por mi líder”). Es para preservar a Landa de la presión. Todos los corredores deben crecer tranquilos y no se puede juzgar a ninguno hasta ver cómo se desarrolla”.

En un extraño momento de nostalgia expansiva durante una conferencia de prensa en la que apenas sonrió, en la que apenas rompió un cierto laconismo, Contador, quien piensa en la retirada después de ganar una vez más Giro, Tour y Vuelta, contó que la otra noche se puso a pensar en su carrera, en cómo había empezado corriendo contra gente como Leipheimer, Evans y Armstrong; cómo después se midió con los de su generación, con Nibali o Andy Schleck y cómo al final le toca pelear con los jóvenes con Nairo, con Aru, con Landa. Contador tiene 32 años; Valverde, 35, y Purito, 36. Landa ha cumplido 25 en diciembre.

A Landa, de Murgia (Álava), a los pies del Gorbea, el ciclismo español le estaba esperando desde amateur, desde que, a los 20 años terminó quinto en el Tour del Porvenir de 2010 que ganó Nairo Quintana.

Siguiendo el recorrido canónico de los ciclistas vascos pasó por el Orbea para llegar al Euskadi, donde dejó de vez en cuando detalles de gran escalador (como su victoria en las Lagunas de Neila de la Vuelta a Burgos, a los 21 años por delante de (Juan José) Cobo, quien después ganaría la Vuelta, Purito y Dani Moreno) que enamoraron a la afición y a los directores de otros equipos.

Cuando el Euskatel desapareció, Landa, estudiante de arquitectura, dijo no a la oferta del Movistar y se fue al Astana, donde cada año dejaba su pequeñito detalle de clase, como una victoria en el Bondone en 2014, por ejemplo.

“Pero le faltaba continuidad”, dice Martinelli. “Hasta este año, en que me ha sorprendido por su regularidad”. Este año, 2015, comenzó para Landa con una enfermedad que retrasó su debut hasta finales de marzo, pero luego ganó una etapa del País Vásco y en la general del Trentino solo le superó Richie Porte.

“Es más profesional”

“He madurado”, admitía Landa después de ganar en Madonna di Campiglio, donde dejó claro a Aru que estaba más fuerte, a Contador, casi. “Ha madurado”, repite Martinelli. “Es más profesional. Hace lo que hay que hacer. Antes se entrenaba más por intuición, por sensaciones. Ahora sigue sin desviarse la planificación de su entrenador, Paolo Slongo”.

Veterano en todo, Martinelli habla del pasado y del presente, pero no del futuro, que desconoce. No sabe aún si Landa será el líder de Astana en la Vuelta, donde acudiría como el Mesías, ni tampoco está seguro de que el alavés seguirá en el Astana, donde termina contrato, o vioajará al Sky.

“Son decisiones del mánager, Vinokúrov”, dice Martinelli.

“Sí que sé que seguramente acabarán Aru y él segundo y tercero en el Giro, que era nuestro objetivo: desde el principio sabíamos que Contador era intocable”. (El País / Martes 26 de mayo de 2015)

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