Lucila Vargas habla de la presea de oro de Wendy Cruz en Rio 2007

Por Lucila Vargas.-

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Realmente nunca voy a olvidar ese momento en que estando en el Salón VIP recibí esa llamada de un numero extraño. Al verlo, recuerdo que le dije a los jóvenes: "Silencio, por favor, que esta llamada debe ser Juan Luis desde Brazil para darnos una buena noticia".

(Pues resulta que ese día al despertarme en la mañanita, me hinqué y oré a Dios diciéndole: "Señor, hemos trabajado demasiado desde hace mucho tiempo, ciclistas, técnicos, personal administrativo y muchos colaboradores, y hemos hecho muchos esfuerzos para ver si ganamos una medalla, ya sólo queda la prueba más dura, sé que es difícil pero para Ti no hay nada imposible, permite que esta vez ganemos una medallista aunque sea de bronce. Ya habíamos perdido tres medallas por solo segundos y habíamos quedado en cuarto lugar en tres categorías, si mal no recuerdo. Ese día al llegar al velódromo le dije a Jesús German Olivares (Chuman): "Hoy vamos a ganar porque se lo pedí a Dios de rodillas).

Se hizo un silencio total y Juan Luis --emocionado-- me vocea "ganamos, ganamos". Yo ni entendí qué lugar habíamos ganado porque puse el teléfono en "Spiker" para que todos lo oyeran y la bulla y la algarabía fue tan grande que no podía escuchar lo que Juan Luis decía.

Tuve que llamar a la compostura para que permitieran escuchar qué medalla era la que habíamos alcanzado. Cuando supimos que era la de oro, todos comenzamos a bailar, a dar saltos y ahí mismo todos juntos dimos gracias a Dios y yo les conté lo que le había dicho a Chuman cuando llegue al velódromo.

Ese equipo que fue a Brazil nos hizo vivir momentos increíbles, digo equipo porque ese triunfo no fue solo de Wendy Ramón Cruz, sino del equipo completo que hicieron un trabajo espectacular para que nos alzáramos con la medalla: Augusto Sanchez, Ramon Meran y Jorge Pérez (creo que era el otro que completaba la cuarteta).

El recibimiento que le hicimos a la cuarteta en el aeropuerto fue increíble. A ningún otro atleta ni equipo se le hizo algo igual. Los recibimos con flores, un perico ripiao, baile, una gran caravana de vehículos, camarógrafos, fotógrafos, las autoridades deportivas, sus familiares, ..., en fin, tomamos en cuenta todos los detalles para que Wendy Cruz y los muchachos se sintieran bien recibidos.

A  Wendy lo trajimos en la jeepeta Prado que tenía en esa época para que viniera junto a su familia saludando y diciendo adiós a todos en el trayecto desde el aeropuerto y luego ya aquí en Santo Domingo, recorrimos varias calles y avenidas para que la gente los viera y los pudiera saludar.

Eso podría definirse como una llegada triunfal. Martín Olivo, que andaba ahí y que sabe escribir bien, podría narrar mejor que yo esta linda vivencia. ?Se anima Martín?