“Nunca es tarde, si la dicha es buena”. Anónimo
Por Martín Olivo.-
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- De todas las frustraciones que conviven en quien suscribe está la no inclusión de los mejores ciclistas criollos en el Pabellón (Salón) de la Fama del Deporte Dominicano, institución que cada año exalta a varios atletas y propulsores del deporte en sentido general.
En lo que lleva de existencia el Pabellón, sólo han sido reconocidos el vegano Francisco Lara Villanueva y el capitalino Tancredo Aybar Castellanos; ambos realizaron una labor extraordinaria en el deporte de las bielas humanas, pero después de ellos también surgieron grandes protagonistas del aro y el pedal.
Ejemplo de posibles candidatos tenemos de sobra, entre éstos están los desaparecidos Luis Humberto Tejeda (El Calié) y Marino García (Marinito/Moreno), quienes murieron encima del “caballito de acero”.
Otras luminarias lo son John Figueroa Medrano (El Piojo) y Juan Luis Rodríguez Fernández, quienes están aún activos como ciclistas másters y dirigentes.
También debemos destacar la labor del vegano Benigno Bretón, quien se inició tarde en las lides, y la de los santiagueros Víctor Abreu y Luis bueno, así como la del capitalino Eddy Padilla y el vegano Gustavo Renzo Deschamps (Chichí), éstos dos últimos, medallistas de bronce en diferentes ediciones de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe.
(Padilla obtuvo medalla de bronce en los 4000 metros persecución individual en Medellín 1978 y Deschamps en la prueba de ruta Santiago 1986, en esa misma temporada el vegano ganaría dos etapas de montañas de la Vuelta al Táchira, Venezuela).
Tampoco dejemos de mencionar a los probables elegibles –para un futuro no muy “lejano”- Manuel Hernández (Júsimo), Plinio y Máximo Gómez, Manolín Fernández (Pestañita), Ambiorix Rodríguez, quienes están en retiro desde hace varios años.
Quizás sean muchos –excúsennos los que hemos dejado de mencionar- pero por lo menos con Marino García, ganador de dos Vueltas Ciclista Independencia Nacional (1987 y 1988), los integrantes del Comité Elector del Pabellón deberían –con todo el respeto que nos merecen- postularlo para que forme parte de los inmortales.
Más aún, por ser protagonista hasta la muerte en uno de los deportes más exigentes y demoledores como lo es el ciclismo. (SUPLEMENTO DEPORTES / EL NACIONAL / 22 de febrero de 1998).
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